martes, 30 de diciembre de 2008

Adiós

Hace poco más de un año que empecé a escribir este blog. Lo hice porque quería contar mi carrera en el maratón de NY pero, más allá de eso, nunca tuve muy claro el objetivo del blog.
Después de un año de contar otras cosas, lo cierto es que estoy en un punto muerto en el que escribir se ha vuelto más una obligación a veces molesta que algo ilusionante. Así que le pongo punto final ahora. Sólo le veo dos posibles sentidos a un blog: que aporte algo al que lo hace o que aporte algo a quien lo lee. Y, como me da la impresión de que ni lo primero sucede ya, ni lo segundo tampoco ha sucedido nunca, mejor dejarlo aquí.
Muchas gracias a todos los que os habeis tomado la molestia de pasar por aquí de vez en cuando y gracias infinitas a los que, además, me hacíais comentarios sobre lo que escribía.

martes, 16 de diciembre de 2008

Mis dos medias maratones de montaña

El domingo corrí dos medias maratones de montaña, y la dos fueron en el mismo sitio: la Serra d'Olta. Y no me equivoco al contar, fueron dos: la primera y la última.

El día empezó de noche, a las 7 menos cuarto de la mañana, cuando me levanto y desayuno. Quince minutos después salgo al frío de la mañana y ya empiezo a arrepentirme de la decisión. Pero eso no es nada cuando llegamos a Calpe y vemos la ventolera que hacía en el pueblo. Un aire frío que no auguraba nada mejor para cuando llegáramos a la montaña. Ya nos habían avisado del viento, pero la verdad es que aún resultaba intimidado. Corrí con mallas y guantes.
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Allí nos tomamos un cortado calentito, en la cafetería del polideportivo, junto con David y los Runnercuestas, con los que compartimos el viaje. También compartimos momentos antes de la salida con Paco Navarro, que me había recomendado la carrera y amigos, con los que nos hicimos la foto, cortesía de Alberto Costilla. A la hora de dar la salida ya había calmado un poco el viento, aunque seguía haciendo frío. Salimos poco antes de las diez y, enseguida, nos metemos en un camino de tierra, por el que discurrimos, muchas veces en fila india, unos 3 kilómetros.

Llega un momento en el que tenemos que coger incluso una escalera para salvar un desnivel grande y, tras cruzar un túnel cortito, a partir de ahí, empezamos de verdad a subir la ladera de la montaña por caminos ya propiamente de montaña. Ahí empecé a comprender que, realmente, aquello iba a tener mucho de montaña y poco de carrera. Aunque todavía no me imaginaba cuanto.

A partir de ahí, por caminos siempre ascendentes por los que apenas cabían mis anchas espaldas, vamos subiendo mal que bien, andando a tramos y corriendo otros. Pero cuando la cosa se pone cuesta arriba de verdad no hay carrera que valga. Todo son caminatas. A veces, como en la pedrera que había un kilómetro antes de meta, directamente escalando, teniendo que apoyar muchas veces las manos para poder seguir subiendo. A cuatro patas. Después de un pequeño descansillo en la cuesta, en el que tampoco se podía correr porque era todo rocas -de ahí tiene mi empeine un bonito recuerdo, en forma de moratón-, llegamos a la cima, a 587 metros de altura, más o menos kilómetro 10 de carrera. Hasta ahí no creo que hubiera corrido más de 5. Pero la bajada fue aún peor.

Fundamentalmente, debido a que no había comido bien. Me había tomado un gel en el primer avituallamiento pero, cuando llegué al segundo, ya tocado, no quedaba comida. Hasta el segundo avituallamiento ya había empezado a pasarlo mal, puesto que las bajadas eran aún peores que las subidas. No llevaba calzado adecuado y no estaba acostumbrado a descensos rápidos, así que, entre unas cosas y otras, iba casi más despacio subiendo que bajando. Después de una bajada, volvía otra vez un ascenso que sería más o menos de un par de kilómetros, pero que a mí me parecieron veinte. Era por una pista en la que, con fuerzas, hubiera podido correr. Pero, por primera vez desde que estoy corriendo, estaba completamente vacío. Sin fuerzas. Así que, mal que bien, trotaba a ritmo cochinero y andaba las más de las veces.

Cuando subimos este último repecho, a partir de ahí todo fue cuesta abajo. Pero, dado lo estrecho del camino y lo inseguro y flojo que andaba yo, no pude acelerar nada hasta los últimos 4 kilómetros, donde volvíamos por donde habíamos salido al principio. Primero, debido a que estaba sin fuerzas y ligeramente mareado. Segundo, por la dificultad de la bajada, que me hacía a mí imposible otra cosa que no fuera andar.

En el tercer avituallamiento sí que quedada comida, afortunadamente, y me comí un buen puñado de higos secos que, junto con los vasos de bebida isotónica, me ayudaron a poder correr un poquito en los últimos kilómetros, para acabar en 2:49 la carrera. Aún lejos de las 3 horas y media que daba la organización -por cierto, muy bien organizada y señalizada, lo que tenía su dificultad teniendo en cuenta por dónde transitaba- para acabar.
Como más arriba he señalado, no creo que vuelvan a encontrarme para algo así. Al menos, no de momento. Básicamente, debido a que no me gustó demasiado, ya que a mí lo que me gusta es correr, no trepar por las montañas. Lo que a mí me apetece es salir a trotar un rato y, mal que bien, acabar las carreras sin tener que pararme. Pero, la verdad, tener que pararme porque pasamos por sitios estrechos en los que sólo cabe uno, subir escaleras, escalar con las manos, bajar agarrándome de los pinos, ir con mil ojos para que la roca en la que me apoyo no se vaya... pues no me gusta.

Seguro que a mucha gente le gusta, y lo comprendo perfectamente, ya que es más agradable correr por el campo. Pero yo lo veo algo más cercano al montañismo que al atletismo. Lo veo más cercano a una excursión por el campo, al senderismo, que a una carrera. Y a mí lo que me gusta es correr, no hacer montañismo. Además, de subir y bajar barrancos, de pinos y de rocas ya tuve bastante cuando era pequeño y veraneaba en un sitio muy parecido a donde corríamos. A lo mejor, si corriera maratones en los Alpes, como mi amiga Syl, pues a lo mejor las vistas y los sitios por los que corría me compensaban. Pero, realmente, el bosque mediterráneo de esta zona, pinos, rocas, barrancos y el mar, los tengo ya muy vistos.

Así que, ya os digo, a cada uno le gusta lo que le gusta. Y a mí lo que me gusta es correr. En las fotos que se acompaña se ve el tipo de carrera que fue. Y aún mejor en el vídeo que va debajo. Mil gracias a Alberto por grabarlo y por las fotos que comparte con los que bastante hacemos con aguantar para encima hacer fotos y vídeos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Media Maratón de Montaña Serra d'Olta

Al final me he decidido y el domingo correré la M.M. de Montaña Serra d'Olta, en Calpe. Después de varias medias de asfalto, está será la primera de montaña que corro. A ver qué tal es la experiencia, porque no las tengo todas conmigo. Eso de subir los 567 metros que son el punto más alto en poco más de 5 kilómetros me tiene un poco mosca. Pero, bueno, si tuviéramos un poco de sentido común no nos pegaríamos esas palizas que nos pegamos.

La próxima semana prometo traer fotos y comentar la experiencia. Ahí abajo os dejo el recorrido y, lo que más asusta, el perfil.

martes, 2 de diciembre de 2008

Haka vs Twickenham

Absolutamente espectacular. El sábado pasado vi en directo el Inglaterra vs Nueva Zelanda, partido amistoso de rugby, y lo que pasó antes del partido es una de las cosas que más me han impresionado de todas las que rodean al mundo del deporte.

Para el que no esté familiarizado con la tradición, la selección de rugby de Nueva Zelanda, los All Blacks -considerados el mejor equipo de rugby del mundo, aunque haga ya 21 años que no ganan la Copa del Mundo- hacen ante de sus partidos una danza tribal maorí, conocida como Haka, de la que hay varias versiones. Es una forma de impresionar al contrario: gestos, gritos, miradas desafiantes... Es uno de los rituales del rugby. Los himnos previos y la haka apetecen verlos antes de los partidos casi tanto como el propio juego posterior.

Frente a la haka, el equipo contrario puede adoptar varias posiciones. La más habitual es colocarse frente a ellos, aguantando la mirada, aparentando no dejarse intimidar, hasta que termina. También he visto equipos -los menos- que daban la espalda a la Haka o que hacían un corro y no miraban al contrario. Pero lo que vi el sábado no lo había visto nunca -tal vez haya pasado más veces, yo no lo he visto, no con esa intensidad-.

Porque no fueron los jugadores contrarios los que desafiaron a los neozelandeses, sino que fue el público de Twickenham, el estadio inglés donde la selección juega sus partidos, los que se opusieron a la haka. Cantaron a voz en grito, más de 80.000 gargantas, el Sweet low, sweet chariot, la canción que tradicionalmente le cantan a su equipo los seguidores ingleses. Y lo hicieron tan fuerte que, realmente, por una vez, impresionaba más oír al publico cantar que a los All Blacks hacer la haka. Aún con los micrófonos direccionales enfocados a Weepu, dirigiendo la haka y con todos los All Blacks gritando, sólo les ve apenas mover la boca sin que casi nos llegue el sonido. Tal es el estruendo de la gente gritando.

Tal vez ese espíritu fue el que llevó a los ingleses, hoy por hoy muy inferiores a los neozelandeses, a aguantar 60 minutos el partido igualado, aunque en los últimos 20 se vinieran abajo estrepitosamente, perdiendo 6-32. Pero, ese día, el espectáculo estuvo también antes del partido.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Han vuelto!!!

Belle and Sebastian sacan disco nuevo!! Bueno, realmente no es nuevo. Todavía esperamos con ansia el disco que sacaran, se espera, en primavera. De momento, nos regalan para navidad las grabaciones que hicieron para la BBC, canciones mayoritariamente del disco rojo, If you're feeling sinister, el mejor, además de alguna canción no grabada previamente -como (My girl's got) Miraculous Technique-. La mayoría ya las tenía, bajadas de internet junto con las John Peel Sessions. Pero ahora las tengo en bonito, con su carátula y con una calidad de sonido, obviamente, infinitamente superior.


Además, se ha editado en dos versiones. Una, sólo con las BBC sessions, y otra que incluye un concierto en Belfast en 2001, fundamentalmente del disco verde, The boy from the arab strab, además de algunas versiones de The Beatles -Here comes the sun-, Lou Reed -I'm waiting for the man- y Thin Lizzy -Boys are back in town-. No sé yo quién va a optar por la primera, con un solo CD, pudiendo tener por poco más los dos. De todas formas, por si alguien le da por comprarlos, tener cuidado en elegir esta segunda edición.
Os dejo con una versión en directo de Sleep the clock around, una de mis favoritas de las que se incluyen.


jueves, 27 de noviembre de 2008

Media Maratón de Elda y próximas carreras

El domingo pasado corrí mi decimotercera media maratón y fue en Elda, donde no había estado. De hecho, de las 13 medias que he corrido sólo he repetido la de Elche -tres veces- y la de Santa Pola -dos veces-. El resto han sido diferentes: Benidorm, Petrer, Elda, Aspe -donde sí espero repetir este año-, Torrevieja, Lorca, Alcantarilla y Molina de Segura.

La mañana empezó medio regular, ya que cuando llegué, sobre las 9 de la mañana, hacía mucho más frío del que pensaba. El coche me marcaba 9 grados, pero el viento del norte hacía que la sensación fuera de mucho más frío. Y yo con pantalón corto y camiseta de manga corta. Como no me va mucho pasar frío, me compré una camiseta de manga larga en un puesto que había allí y medio me apañé. La conjunción cromática con el pantalón que llevaba -verde no era muy allá, pero me apañé. La verdad es que luego, conforme avanzó la carrera, el sol calentaba más y, salvo un par de sitios, donde el viento frío pegaba de frente, la verdad es que no hacía mal tiempo.

Sí me sorprendió no ver a mucha gente de Elche por allí. Lo cierto es que apenas había corredores del KM 21, que suelen ser frecuentes en estas citas cercanas. De hecho, sólo conocía a dos personas de las que corrían. Al Negro, Alberto, de Elche, y a María, de Guardamar. Como el Negro es muy feo, mejor hacerme la foto con María, y ahí nos tenéis a los dos antes de la carrera, todavía muertos de frio. Luego fuimos toda la carrera casi pegados y entramos al mismo tiempo a meta.


En cuanto a la carrera, no creo que repita. Lo mejor de todo fue la organización, todo funcionó muy bien: los accesos, el aparcamiento, la recogida de dorsales, los vestuarios, el guardarropa, la señalización de la carrera, los avituallamientos... Lo que no me gustó fue el recorrido: tres vueltas por Elda, con muy poca animación, se hace bastante aburrido al final. Hice 1:47:36, casi mi mejor tiempo, que es de 7 segundos menos, el año pasado en Petrer. Sinceramente, esperaba acercarme al 1:45, pero no las tenía todas conmigo. Me sentí bien casi toda la carrera pero el último kilómetro, con el viento de cara, se me atragantó, y ahí me dejé casi un minuto. Pero, en conjunto, buenas sensaciones.
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De ahora en adelante, tengo casi todo el calendario cerrado. Estoy ya inscrito a las medias de Aspe -21 de diciembre-, Santa Pola -18 de enero- y al maratón de Barcelona -1 de marzo, empiezo con la preparación en diez días-. Además, quiero hacer la media de Orihuela -el 8 de febrero- ya que me viene perfecta en mi preparación de Barcelona. Luego haré la de Elche -29 de marzo- y me gustaría hacer también la de Almansa, en mayo, donde no he estado nunca y que todo el mundo habla muy bien. Y tengo la duda de una carrera que me ha mandado esta mañana Paco Navarro. Es una media maratón de montaña el próximo día 14 de diciembre, en Calpe, Serra d'Oltá, subiendo el Peñón de Ifach. Me apetece hacer una carrera de estas de montaña, a lo mejor me apunto. Me lo pensaré un poco.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Hoy es el primer cumpleaños del blog

Pues eso. Que hoy hace ya un año que empecé a escribir este blog. Lo empecé porque quería revisar mis primeras impresiones escritas del día del maratón de NY, respecto al que, tras releer las primeras crónicas que hice, me quedé con mal sabor de boca. Demasiado en caliente. Así que conté la historia de manera más extendida, con fotos, y con un poco de perspectiva.
En este año he ido contando cosas que me han pasado, que no me han pasado o que espero que me pasen. Ha habido entradas entrenidas y auténticos ladrillos. Canciones que os han gustado y otras que no venían a cuento.
Lo cierto es que muchas veces me planteo, ¿para qué hago esto? ¿Cuál es el objetivo? Muchas veces me da un poco la depre y pienso, aparte de Syl -gracias, monja-, que es la más asidua, de Haruki, de Revuen, de Kele, de Mauri o de Paco -y, a lo mejor, de alguno más que no recuerdo-, no parece que lo que aquí escribo interese mucho.
Como vereis, he puesto un mapita en la parte superior derecha de la pantalla. Supuestamente, recoge los puntos desde los que se ha conectado alguien al blog en las últimas fechas. Digo supuestamente ya que, me ha registrado visitas de Japón, Singapur, Malasia, India, México, Colombia, Argentina, Chile, EEUU, Francia, Alemania... además de muchas de España. Y, sinceramente, dudo mucho que alguien en todos esos sitios tenga el más mínimo interés en lo que escribo.
Por eso, os voy a pedir un favor, como regalo de "cumpleaños". Cuando entreis, aunque haya sido por error, hacerme un comentario, por pequeño que sea -"hola", "feliz cumpleaños", "eres un pedante insufrible"-, sin decir quién soi si no quereis. Y así sabré que, aunque no a todo el mundo le interese comentar algo, es cierto que de vez en cuando alguien, además de los 8 ó 10 que ya conozco, se toma la molestia de pasar por aquí. Gracias.
De momento, yo ya he encontrado quien me cante el cumpleaños feliz.

martes, 18 de noviembre de 2008

Rugby

Os transcribo a continuación un excepcional artículo sobre el rugby que he leído en este blog http://ornat.blogia.com/2008/111601-cosa-nostra.php. Si habeis jugado al rugby -especialmente en la delantera pero, realmente, da igual el sitio- leedlo obligatoriamente, os va a gustar mucho. Si no habeis jugado pero os gusta, también os lo recomiendo. Y, si ni os gusta el rugby ni pensais que os interese el tema, pero os gustan leer artículos bien escritos, también deberíais echarle un vistazo.
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El rugby es como la mafia, pero sin asesinatos. Está basado en la lealtad, el honor, la conciencia grupal, los ajustes de cuentas, el tráfico de sustancias y los parentescos inventados. Es una famiglia. Sobre todo en la delantera, aunque se han documentado casos de amistades morganáticas con la gente de la línea, esa gente. Conforme el número de la espalda crece hacia el 15, aumenta la desconfianza de los delanteros, que componen la infantería con traje y corbata negros, como reservoir dogs. La vida debería ser como una melé, pero con colonia para niños. No hay caretas y todo el mundo se conoce bien. Al que se pasa de la raya, se le ajusticia en la siguiente ocasión de forma que parezca un accidente. Los demás callan, otorgan, participan o calculan dónde y cómo reparar los daños. La ley del silencio la entiende todo el mundo. Hay que descreer de los delanteros que hablan con el contrario.
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Fuera de la melé, el universo se torna voluble y desleal, y cualquiera sabe que conviene desconfiar de sus normas y aún más de la corrección política: que ahora no se puede pisar y que el balón tiene que salir rápido por el bien del espectáculo. Esas cosas. Fuera de la melé, todo el mundo es un extraño o se comporta como tal. El 10 suele venir de otro país, de otro rango social, profesa religiones de moda y bebe Aquarius después de los partidos. Su única posibilidad consiste en haber nacido en Ejea, aunque su apariencia continúa siendo extraña porque se comunica en ese idioma que se habla en Ejea y que sólo le entienden sus paisanos y el 12, su lugarteniente, el tipo feroz que le hace el trabajo sucio. Nuestro 10 es de Ejea de los Caballeros, un lugar repleto de truhanes: por eso juegan tan bien al rugby. Truhanes y caballeros. Las labores del 10 en el campo se reducen a cuestiones funcionariales o de poco calado, como recitar contraseñas numéricas, hacer extrañas señales con los dedos por la espalda a los chicos de la diagonal y utilizar términos como cruz, salto, falsa o toda, convenientemente mezclados para impresionar a los que le escuchan. Cuantos más balones se le caen, más aprecio le tienen los delanteros, que se dan el gusto de volver a la melé. Además de eso, el 10 patea a palos siempre que no haya un delantero que pueda hacerlo, lo que suele ser raro porque en el paquete menudean los superdotados. El 10 acostumbra a quejarse de que los delanteros se interponen en la línea de pase entre él y el 9. Y amonesta a los que lo hacen, explicándoles la necesidad de mantener limpia esa vía de salida. Los delanteros asienten y por dentro sonríen. Todo el mundo sabe que se trata de un comportamiento deliberado: el 9 sólo debería abrir la pelota cuando los delanteros lo decidan o se hayan divertido lo suficiente con sus tuercas y tornillos, jugando al enredo con los cuerpos y la pelota. Hacerlo al revés constituye otra de las muchas perversiones que el espíritu del juego ha sufrido desde su nacimiento.
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El 12, el primer centro, puede ser el único jugador que un delantero respeta en toda la línea de tres cuartos. De hecho, juega en una posición envidiable si no fuera porque no participa en las melés. Dicen que hay un segundo centro, pero no está demostrado. Así como podemos constatar la existencia de dos pilares, dos segundas (que entre los dos no suelen hacer medio), dos flanker y dos alas, la existencia del segundo centro, sospechamos, no pasa de ser una formulación teórica de los entrenadores, que han inventado la figura para desconcertar a los que juegan y sostener así su presunta ascendencia sobre el grupo. Si el segundo centro de verdad existe, constituye un ente innombrable y el sentido de su vida consiste apenas en darle conversación al ala. Nadie ha confesado jamás haber hablado con un ala en el campo de juego, por tanto el segundo centro no existe. ¿De qué se habla con un ala, en cualquier caso? Si te los encuentras en el tercer tiempo te parece estar metido en un ascensor y sólo se te ocurre comentar el tiempo: “Qué buen día hacía hoy para jugar, eh”. Cuando los ves pasar cerca en el campo, a los alas dan ganas de preguntarles por la familia: si ya se casaron o qué tal están sus padres.
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El 12, sin embargo, es otra cosa. El primer centro o inside pasa el tiempo en una violenta dicotomía vital que consiste en chocar contra las paredes y aplastar a los hombres. No se les puede dejar solos en una habitación y suelen dormir en cuartos mal ventilados. De ahí sus angustias. Morfológicamente, el 12 tiende a una engañosa redondez corporal y acostumbra a sufrir el síndrome de la bala de cañón: cuando se lanza en velocidad quiere arrancarle las piernas al que se cruce. Como buen depravado, le gusta sufrir y hacer sufrir. Aspira a placar y a que lo plaquen. Digamos que querría hacer las dos cosas al mismo tiempo y en cada jugada, si fuera posible. Es sexualmente hiperactivo y aficionado confeso a las parafilias. Tiene peligro dentro y fuera del campo. Fuera, hay que vigilarlo de cerca: lo mismo trata de intimar con una menor de edad que con el tercera de su propio equipo. En el campo son gente válida. Sí. En su psicopática mentalidad, el ideal de vida consiste en esta jugada: recibir la pelota, enfilar al apertura contrario, derribarlo, ponerle el sello en la frente al 12 rival, derribarlo, convocar a un par de terceras del otro equipo a la fiesta, cruzarles el codo en la boca, derribarlos y, cuando entrevé que el zaguero opuesto viene al cierre con intención de placarlo, soltar la pelota al primer amigo que pase por ahí, dejándose las manos libres para chocar felizmente contra el 15 o el muro del final del campo. Los primeros centros suponen casos extremos, muchachos que quieren placar también en el ataque y se las arreglan para hacerlo, aunque sea a costa de la lógica del juego. No faltan los que, cuando tienen la pelota, en lugar de buscar el intervalo que hay entre los hombres, buscan a los hombres que hay entre los intervalos, llegando a retroceder en busca de un contrario o ajustar la carrera para dejarse alcanzar y así poder atizarle a gusto al defensa. Naturalmente, un delantero ha de animar este tipo de comportamientos y aun ensalzarlos. También porque el primer centro observa la decente costumbre de romper cerca de los agrupamientos, lo que siempre es de agradecer. En fin, hay que reconocerlo: el centro es un hombre. No es un delantero, pero es un hombre. Todo no se puede tener.
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Otro de sus méritos es que está a tres números del zaguero, un tipo despreciable al que le gusta jugar con el pie, se mancha poco la camiseta y suele ser guapo. En ocasiones marca ensayos pero casi nunca es el hombre del partido. Por las noches, el zaguero gimotea en su casa porque no comprende esa contradicción: ser la estrella y que nadie lo reconozca. A menudo, los primeras líneas incluso ignoran cómo se llama el zaguero de su propio equipo. Cuando el entrenador recita la alineación, el primera línea se queda en el cuatro o el cinco. El resto de nombres apenas los oye. Está todavía calculando las señas verbales que ordenan las touches, en su inútil intento por memorizar si en las de campo propio que saca su equipo entran cuatro, cinco o todos, si hay mol, peel off, ruptura de la primera torre, pase a ras o palmeo al nueve. Por eso, porque tiene cosas mucho más importantes de las que ocuparse, asuntos que conciernen de verdad al bienestar de la familia, ningún primera línea que se precie recordará jamás el rostro del 15 contrario. Así como los leones y felinos depredadores poseen una visión con una delgada franja de enfoque horizontal, que les permite localizar a sus presas en el horizonte pardo de la sabana, la naturaleza ha dotado a los primeras líneas con una variación óptica: la profundidad de campo de su mirada es mínima. Enfocan al morrillo del pilar opuesto, la carne que rodea los trapecios y las zonas erógenas del cuello y los parietales, donde uno intenta hacer diana. O sea, hacer daño cruzando un cabezazo. La ciencia no ha explicado todavía esta particularidad de los primeros líneas. Los demás prefieren reírse de ellos y explicar que los balones se les caen de las manos porque son lentos, torpes o tienen un dedo del tamaño de dos. No es así: es que no ven, sin más. Los primeras viven en estricto primer plano y son felices con eso. Nunca han visto a un zaguero salvo en el vestuario. En el tercer tiempo, el tipo que jugó de 15 es como el público de la grada: gente a la que le gusta ver rugby, pero no les apetece llenarse de barro ni que les den golpes. En el fondo, hay que agradecerles que vengan y aplaudirles al final en reconocimiento a su tangencial labor.
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Ahora hablaremos del medio de melé, uno de los casos más terribles en cualquier equipo de rugby. El 9 opera en el paso fronterizo entre la realidad y la ficción, la melé y el resto del mundo. Cuando el entrenador divide a línea y melé, los nueves siempre se quedan un momento parados, tratando de descifrar a qué lado deben ir. Esa crisis de identidad los afecta, a veces de modo fatal. Todos sabemos que, en conciencia, el medio melé viene a ser un proyecto de delantero al que la naturaleza no lo dotó como es debido: no le llegaron los kilos, la altura ni la inteligencia para jugar en el paquete. Piensa demasiado. Lo obliga su equívoca condición. Dicho sin ánimo ofensivo, el medio de melé viene a ser un transexual, un caso de hormonas equivocadas. Se comporta como un hombre, está musculado, acostumbra a ser recio y muestra arrojo, aunque todo en un cuerpo resumido, sin la expansión fisiológica de un auténtico macho de la melé. Su jugada preferida lo denuncia: en cuanto puede, se mete en el ruck y maulla de felicidad cuando, mientras auténticos hombres lo aplastan y rodean, oye gritar a los que se han quedado donde debería estar él: “¡¡¡No hay medio, no hay medio!!!”. El pick and go consiguiente, que le da tiempo a levantarse y retomar sus obligaciones, lo devuelve a la realidad. El resto del tiempo va de aquí para allá detrás de los gordos y éstos le permiten que mande, que les diga dónde empujar y dónde no, siempre que no contradiga su propia opinión y les compre cervezas en el tercer tiempo. El medio de melé querría ser como los muchachos de la primera línea, por eso suele beber mucho y masticar con la boca abierta. Sus intentos pueden quedarse en lo patético. Los muchachos de la primera línea modelan sus cuerpos, ganan y pierden kilos con estupenda facilidad, saben bascular la barriga para diversión de los demás, satisfacen dos veces a las damas (cuando se ponen sobre ellas y cuando se quitan de encima) y, sobre todo, pueden dar de tetar a los bebés de su propio pecho. Además, cuando ya no producen leche porque la edad los ha traicionado, se van al gimnasio a endurecerse las aristas, mientras un endocrino les entrega una tablilla y les mide la grasa corporal. De pronto pierden 15 kilos y corren como si se hubieran comido una liebre. Los primeros líneas son longevos, juegan hasta los 40 y más allá. En la vida real, esa amoralidad metabólica de los primeros líneas contraviene la moda y da lugar a muchas opiniones. Es verdad que no pueden comprarse camisas en Zara, pero en el campo de juego su excelencia física supone una ventaja que se suma a otra de orden moral: los primeros líneas son los depositarios del rugby auténtico, original, primigenio y único. Eso no se puede negar...
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En el principio, el rugby fue un pack de 15 delanteros en inacabables moles de los que nunca salía la pelota. Rara vez. Si salía, quedaba transgredida de inmediato la naturaleza lógica del juego. Para qué correr. ¿Para llegar antes? ¿Acaso no da más gusto llegar empujando? Recorrer 35 metros arrastrando cuerpos, triturando carne, pisando cadáveres… Eso es un ensayo. Los ensayos por velocidad, contrapié y combinación quedan bien para las chicas de la grada y los espectadores de la televisión. Qué diferente de esas alegres montoneras articuladas en la que doce sujetos se derrumban sobre la hierba en la zona de ensayo, entre bufidos, pedos y ladridos de pedregosas gargantas. Al levantarse, al menos cinco de ellos proclaman haber sido los autores de la marca: yo tenía un dedo, el mol lo inicié yo, sin mi empuje jamás habríamos llegado, árbitro apunte mi nombre, soy el uno, bien gordos bien. Y otro sonríe porque fue el autor intelectual: jugamos con el segundo saltador, mol estable y empujamos hasta los almendros, les dijo antes de sacar la touche. En el Seminario, Angelito Largo definió las intenciones de una melé con esa frase: hasta los almendros, en referencia a los arbolitos que lindan con los campos de Tarazona y el fondo de la línea de marca. Quiere decirse que hay que pretar los culos y abrochar hasta perder la conciencia. Empujando hasta que se aflojen los esfínteres.
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En el fondo, la familia descansa sobre los hombros de los primeras líneas. Todos lo saben y lo reconocen en cuanto se emborrachan y se ponen cariñosos. Porque la gente, ahí afuera, sabe que puede contar con ellos. Si alguien deja una cuenta pendiente, le meten una cabeza de caballo en la cama al talonador contrario. Muéstrenme un zaguero capaz de eso.

martes, 11 de noviembre de 2008

Francisco Nixon en Elche

El domingo día 16 a las 19:00 horas -día y hora un poco raros, es cierto-, en el flamante Centro Cultura L'Escorxador, de Elche, actúa Francisco Nixon. Cantante primero de Australian Blonde y luego de La Costa Brava, está a punto de sacar su segundo disco en febrero, después de Es Perfecta, con una preciosa foto de Nadia Comanecci en la portada. A ella dedicaba también la primera canción del disco.
Allí estaré el domingo por la tarde, os lo recomiendo vivamente. Lástima que no haya podido ser La Costa Brava la que diera este concierto. Bueno, realmente, la lástima es por qué no pueden venir ellos, ya disueltos tras la muerte de Sergio Algora (q.e.p.d.), no que no puedan venir en sí.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Explicación accesible sobre la crisis financiera

Me encuentro con el siguiente vídeo en Youtube. Se trata de una entrevista de Buenafuente a Leopoldo Abadía, un señor genial que explica la crisis económica actual de manera cojonuda. Realmente, no tengo conocimientos de economía -me quedé en aquello de los cañones y la mantequilla- y, aunque lo que le oigo contar concuerda con lo que yo, más o menos, tengo entendido que pasa, me da la impresión de que acierta bastante. Pero, además de eso, es que tiene una forma de contarlo que engancha. Me parece un contador de historias excelente. Mira que yo no suelo aguantar estos vídeos largos de youtube, pero este lo he visto entero. Y me ha gustado mucho. Parece que es un fenómeno de internet, tal vez alguno de vosotros lo conozca ya. Para los que no, ahí os dejo la entrevista.


Si queréis saber más, el individuo tiene un blog en google. Pero un blog de verdad, no como éste, con millones de visitas. Tiene un diccionario de la crisis muy completo. Espero que os sea útil. Al menos, os divertiréis un rato.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Hoy hace un año

Pues, eso, que hoy hace un año que estaba en las campas de Fort Wardworth, pasando un frío moderado y esperando que sonara el cañonazo que marcara el inicio del maratón de Nueva York, mi primer maratón. A esta hora, las 7.30 en Estados Unidos, ya habíamos bajado del ferry de Staten Island y los autobuses nos habían llevado a la zona en la que los casi 40.000 participantes estábamos a punto de iniciar esta experiencia inolvidable.

Hoy, volviendo la vista atrás, me doy cuenta, fundamentalmente, de una cosa. Lo que desaproveché la ocasión. Mi ilusión era hacer mi primer -y, entonces no sabía si único- maratón en NY. Y, aunque resulta una idea bonita, que pude llevar a la práctica, lo cierto es que debutar en NY es como si a alguien que nunca ha bebido vino le dan su primer vaso de Vega Sicilia. Le podrá parecer mejor o peor, pero no podrá comparar, y, hasta que luego no haya bebido muchos otros vinos diferentes, no podrá apreciar lo que en su momento probó. Eso es lo que me ha pasado.

No pude apreciar la experiencia en toda su intensidad porque no tenía con qué compararla. Ni tenía tampoco la perspectiva suficiente para juzgarla. Hoy, después de varias carreras y un maratón más, voy poco a poco comprendiendo dónde estuve, por qué calles corrí -entonces, maldiciendo las aglomeraciones, en vez de disfrutar plenamente del ambiente-. Y empiezo, poco a poco, a sacarle el jugo que entonces no estaba capacitado para extraer.

Así que, en un rato, cuando a las 15:00 me siente delante de la tele para tragarme en Eurosport la retransmisión entera, primero la carrera femenina -donde disfrutaré de Paula Radcliffe-, luego la salida masculina y, después, las magníficas imágenes de esa salida majestuosa por el puente de Verrazzano, seguro que no podré evitar que la nostalgia me haga derramar unas cuantas lágrimas. Y me haga la promesa de que, igual que ese fue mi primer maratón, también será mi último.

lunes, 27 de octubre de 2008

There's probably no God. Now stop worrying and enjoy your life.

Esta es la campaña que una asociación humanista ha promovido en el Reino Unido. Viene a significar, más o menos, "Probablemente, Dios no existe. Ahora, deja de preocuparte y disfruta la vida". Se trata de promover la laicidad en la sociedad británica, donde el jefe del Estado -la Reina-, también es la cabeza de la Iglesia. Más confusión iglesia-estado, imposible. Aunque, obviamente, el ser cabeza de una y otra organización sea una cuestión más formal que real.

En cuanto a la forma, me parece una campaña publicitariamente muy atractiva. El mensaje es directo y con un toque de humor que le quita un punto de agresividad que una campaña dirigida a restar influencia en la sociedad a la iglesia británica.

Más interesante aún parece el propio fondo, la intención. Plantear algo así, hacer esta reivindicación después de que prácticamente toda la historia de la civilización occidental haya estado dominada por los principios de la religión católica, parecía algo saludable como casi imprescindible. Y me ha sorprendido también gratamente que las reacciones de los representantes de la Iglesia británica hayan acogido positivamente esta iniciativa, como una fórmula de poner bajo el foco de la atención pública la discusión de este tipo de cuestiones, en el que afirman que todas las opiniones son bienvenidas a la hora de sacar conclusiones.

No quiero ni pensar lo que pasaría aquí si alguien se planteara hacer algo así.

lunes, 20 de octubre de 2008

Hay cantera


Ayer por la mañana se celebró la III Carrera Popular Abel Antón, organizada por la Asociación de Vecinos de Gran Alacant, en Santa Pola. Era una jornada deportiva que incluía desde carreras para los más pequeños -200 metros para niños de 0 a 4 años y 300 metros para niños de 5 a 7, y así sucesivamente- hasta un 10.000 metros para los menos pequeños.
Lo más destacable fue el debut de dos de mis tres retoños, Santi y Helena, que corrieron en sus respectivas categorías. Ahí a la izquierda están ambos, con sus dorsales respectivos. Y, aquí debajo, después de recoger sus medallas con su orgulloso papá, todos con dorsal.

A su papá no le dieron ninguna medalla. Tampoco es que hiciera muchos méritos por conseguirla, la verdad. Este es el segundo 10.000 que corría -no hay muchos por esta zona-. Antes había hecho la San Silvestre de Crevillente, donde me fui más allá de los 53 minutos en un recorrido bastante durillo, con cuestas y calles estrechas con giros casi de 180º. Así que tenía cierta ilusión por bajar esta marca.

Lo conseguí, pero no pude bajar de 50 minutos, que era lo que realmente pretendía. De hecho, esperaba estar sobre los 47-48 minutos, pero me fui a los 51:08. Estoy preparando la media de Elda para bajar de 1:45, así que hago un par de días de series y de ritmos controlados a 4:45. Y como, por lo general, los paso bien -a menos de 5 el diez mil siempre-, pensaba que podría, apretando, estar sobre esos tiempos. Pero la verdad es que me quedé muy lejos.
Salí demasiado rápido, pasé los 3.000 a 4:28 el kilómetro, sin darme cuenta de que iba muy deprisa -para mi nivel-. Así que cuando pasado el km 3 me encontré con una cuesta de 300 metros, apreté para mantener el ritmo y me desfondé. El recorrido era de continuas subidas y bajadas, y lo pasé muy mal casi hasta el último kilómetro. Hacía además mucho calor, y en muchas partes del recorrido no había una sombra. El caso es que fui aflojando casi hasta el último kilómetro, donde me había recuperado y apreté un poquito. Pero no pude hacer menos tiempo.

Lo más bonito, la llegada, donde mi hijo salió de la vallas para entrar conmigo a la meta de la mano. Eso fue lo mejor de la mañana.

La organización muy bien, muchos voluntarios, abundancia de fruta y agua en la llegada, muy bien señalizada la carrera. Y la presencia del propio Abel Antón, vecino de la urbanización, con el que corrimos los poco más de 300 participantes. Una bonita mañana.

viernes, 17 de octubre de 2008

Meme

Veo este cuestionario en el blog de Reuven y, simbólicamente, me lo pasa, así que no tengo más remedio que contestarlo. Asegura que me hará más feliz. Ya veremos.
1. Cuatro trabajos que he tenido (por trabajo entiendo retribuido, aunque lo que cobraba en algunos no merezca ese nombre)
Abogado
Profesor de Derecho en la Universidad
Periodista
Profesor particular de inglés en verano (me autoacepto dos profesorados distintos)
2. Cuatro trabajos que me gustaría haber tenido
Futbolista (efectivamente, Reuven, como casi todos)
Escritor
Guionista de cine (una variante del escritor, pero también me la acepto)
Crítico cinematográfico (otra variante de escritor)
3. Cuatro películas que puedo ver una y otra vez
Aterriza como puedas
Historias de Filadelfia
Qué bello es vivir
Los Intocables de Elliot Ness
4. Cuatro lugares donde he vivido
Elche
Murcia
Santa Pola (se acepta el veraneo)
El Pilar de la Horadada (también se acepta otro veraneo)
5. Cuatro programas o series de TV que me gustan en exceso
Friends
Dexter
Los Simpsons
House
6. Cuatro lugares donde he ido de vacaciones
Nueva York
Londres
París
Venecia
7. Cuatro lugares donde me gustaría ir
Tokyo
Los Angeles
Moscú
Pekín
8. Cuatro platos favoritos
Arroz con costra
Spaghetti bolognesa (pero no sólo con carne y tomate, con todo lo que pone mi madre a la salsa)
Chuletón de ternera
Caldero
9. Cuatro sitios que visito a diario
El colegio de mis hijos
La Glorieta
Mi despacho
El parking (qué poco excitante es todo)
10. Cuatro sitios donde me gustaría estar ahora
La mansión Play-Boy
Nueva York
Londres
Cualquier campo de golf, jugando.
Como hay que pasar el embolado, se lo paso a Syl, a Javi, a Kele, a Paco... y a cualquiera que tenga blog y le apetezca perder el tiempo con estas chorradas.

martes, 14 de octubre de 2008

John Adams

Estoy ahora entusiasmado con otra serie de televisión. Es John Adams, una miniserie de 7 capítulos, pero de larga duración, casi 100 minutos cada uno, que, sobre la base de hablar de este personaje, segundo presidente de los Estados Unidos, miembro impulsor de la Declaración de Independencia y de la propia Declaración de Derechos que redactó Jefferson.

Es una serie impresionante desde todos los aspectos. El guión es magnífico, las interpretaciones son soberbias, el vestuario es impresionante. Además, aún siendo una serie histórica, el ritmo es vivo y, al menos así me lo parece a mí, la hora y media de cada episodio se hace corta. Acabo siempre con ganas de ver más. No sé cuántos sería capaz de ver seguidos si tuviera la serie en DVD.

Trata sobre el nacimiento de los Estados Unidos, partiendo de las primeras rebeliones en Boston contra los ingleses. A continuación, en el segundo capítulo -el último que he visto-, se trata las sesiones del Congreso de los 13 estados americanos -entonces aún colonias inglesas- y de los sucesos que llevaron a la Declaración de Independencia.

Tengo debilidad por determinadas partes de la Historia. Y esta es una de mis favoritas. La cristalización de los ideales de progreso y democracia que llevaba implícita la independencia de los EEUU es algo que me apasiona. Todo el momento histórico en que sucedió, con la Ilustración y la Revolución Francesa en Europa, es algo que me conmueve. De ahí que celebre que alguien me cuente la historia, y que lo haga de una manera entretenida e, incluso, apasionante a veces.

Oír el razonamiento que da lugar a la independencia resulta estremecedor. El razonamiento, perfectamente expuesto en la serie, de reconocer que el derecho de las personas, y de los pueblos, no puede depender del capricho de una persona -el monarca-, que no es más que un igual a cualquiera de ellos, la conquista histórica de esos derechos aún con el sacrificio de la propia vida, es una de las fases de la historia que más me reconcilian con el ser humano.

Así que me alegro enormemente de que se hagan series como esta. Y que triunfen -arrasó en la última ceremonia de los Emmy- y ganen dinero. Sólo me queda la lástima de entender que, aún teniendo una historia española propia que daría material más que suficiente -tenemos 2000 años más de historia que los norteamericanos, al fin y al cabo-, no exista aquí no ya la capacidad técnica o artística de producir obras de arte así, sino incluso la voluntad de hacerlo. Es mucho más fácil que cada cual cuente su propia versión local de la historia, patrocinado por políticos locales más interesados en destacar la bondad de la ñora local, que por reconocer lo que nos hizo no sólo grandes, sino incluso el país que somos.

lunes, 6 de octubre de 2008

Viajes con el Elche: Murcia

Aprovechando que ayer estuve viendo al Elche el Murcia -otra vez derrota-, aprovecharé para contar lo que recuerdo de los viajes a Murcia siguiendo al Elche, tanto frente al Murcia como al Ciudad de Murcia. Como está cerca, y tengo mucha familia allí, he ido un montón de veces, probablemente sea el desplazamiento que más veces he hecho. Diez o doce, supongo. Pero recuerdo pocos partidos concretos. Tengo presentes más situaciones que partidos, y probablemente las mezclaré. Prefiero contar recuerdos sueltos.

De lo que más me acuerdo es de que, antes, cuando el Elche jugaba en Murcia, lo más normal era comprar pasteles de carne tras el partido. Había una confitería justo al lado de La Condomina, donde, al acabar el partido, se hacían unas colas tremendas de gente de Elche comprando. Es, seguramente, el recuerdo más antiguo que tengo.

También me acuerdo de un partido en el que yo, como habitualmente entraba al campo con mi padre, me sentaba solo debajo de las cabinas. Y, aún siendo pequeño, era muy elocuente, y solía hablar yo solo y chillar. Insultando al árbitro, a los de casa o a los de fuera, indistintamente. Así que una vez en la que estuve especialmente chillón, recuerdo que dos hombres mayores que había delante de mí empezaron a tirarme puyas cuando el Murcia marcó. Sin dirigirse a mí directamente, pero hablando de mí. A la tercera o cuarta les toqué la espalda y les dije: "Vaya, qué machotes sois, metiéndoos con un niño de doce años, si tuviera diez años más ya veríamos si erais tan valientes". Lo recuerdo perfectamente, estaba yo cabreadísimo y a mil pulsaciones. No sé si rieron o no, pero ya no se metieron más conmigo.

Otra vez estuve dando vueltas por los alrededores de La Condomina antes del partido, pero tenía un presentimiento: si yo iba a verlo, perderíamos; si no, ganábamos. Así que le dije a Isa que mejor nos íbamos al cine. Cuando salimos fui corriendo a la radio del coche y habíamos ganado 0-1, gol de Paco García. Me invadió una sensación agridulce, mezcla de: "qué lástima, no haber ido", y de "hice bien no yendo".

En conjunto, recuerdo más derrotas que victorias, pero siempre perdimos. Uno de los partidos de los que más conciencia tengo fue hace ocho temporadas: penúltimo partido de liga, el Elche jugándose el descenso con el Compostela. Si perdíamos, podíamos estar en Segunda B. Pero, a pesar de ser un partido horrible, ganamos 0-1, gol de Changui a pase de Serban. Al siguiente partido empatamos a 2, con el gol de Benja que nos dio la permanencia.

El último, como he dicho, fue ayer. Y fue especial por varios motivos. Es la primera vez que iba a la Nueva Condomina, y también era el primer desplazamiento que seguía al Elche desde hace ya varios años. Pero, sobre todo, porque no fui solo. A mi hijo le ha dado este año por el fútbol, y viene conmigo al Martínez Valero. Pero, cuando se enteró que jugaban el Elche y el Murcia, se empeñó en que fuéramos a verlo. Y allí estuvimos. Fue su primer desplazamiento siguiendo al Elche, y sólo tiene cinco años. Y, si alguna vez le da por escribir algo para esto, él sí que tendrá la seguridad de cuál fue el primer partido que vio al Elche en campo contrario, en incluso una foto para atestiguarlo.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Los acusicas: Nirvana Torroja

Magnífica versión imposible -cortesía de Chevalier-: Los Acusicas, el grupo de Joaquín, el bajista de Los Nikis, mezclan el Smells like a teen spirit, de Nirvana, con... No es serio este cementerio, de Mecano. El resultado es, a mi juicio, espectacular. Una de las versiones/mix/adaptación más impresionantes que he oído.

viernes, 26 de septiembre de 2008

La abubilla de la familia

Desde hace ya muchos meses, tengo habitualmente abubillas en el jardín. Son unos pájaros muy bonitos, que suelen asombrar a los que vienen a casa. Suelen situarse en el cesped que hay al lado de la piscina y, si no se las molesta, se pueden tirar horas picoteando en la tierra comiendo insectos. A primera hora de la mañana, hay días que puede haber seis o siete al mismo tiempo y, realmente, es una bonita forma de levantarse.
Pero son muy huidizas. Sólo con estar a punto de salir, antes incluso de abrir la puerta de la calle, me ven a través del cristal y levantan el vuelo. Es muy difícil acercarse.
Pero, desde hace un par de semanas, tengo una abubilla casi doméstica. Digo casi porque, obviamente, no me puedo acercar tanto como para tocarla. Pero, para la desconfianza habitual de estas aves, acercarse a tres o cuatro metros de ellas ya es sorprendente. Aquí teneis una filmación que le he hecho estos días -antes de estas trombas de agua-:

Como veis, deja que te acerques bastante, pruébalo con otra y verás como en cuanto te vea de lejos se irá rápidamente.

Obviamente, no puedo asegurar que sea la misma abubilla la que llevo viendo tantos días seguidos. Puede que sean varias distintas. Pero sospecho que es la misma. A ver si nos ha cogido cariño y se queda más tiempo. En la poesía clásica china, la abubilla se describe como un mensajero celestial que a menudo trae noticias sobre el advenimiento de la primavera. La abubilla es considerada un buen auspicio en China gracias a su belleza única. A ver si es verdad. En cualquier caso, siempre resulta agradable tener visitantes así.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Viajes con el Elche: Madrid (III) Getafe y Leganés

El último grupo de viajes a Madrid agrupa dos que recuerdo especialmente. Cronológicamente, el más reciente fue a Getafe, antes de que el Getafe subiera. Nos metieron un 2-0 con poca historia, pero lo que más recuerdo es lo vacío que estaba el campo. El Getafe iba más o menos por media tabla y no llegaban a 2.000 los espectadores, contando unos 200 de Elche. Para los que luego dicen que no se hace mejor equipo porque la gente no apoya.

Pero el que más recuerdo, y por razones más dolorosas, es el partido en Leganés. Era el último del play-off de ascenso a Segunda A, temporada 92-93. Habíamos entrado como segundos de grupo, el entrenador era Lico, y nos tocó como primero el Leganés. De los cuatro primeros partidos ganamos tres y empatamos uno. Los dos últimos eran contra el Leganés, que había hecho lo mismo que nosotros pero con mejor diferencia de goles. El empate a puntos no nos servía. El partido en casa, con un Estadio con más de 20.000 personas, iba bien. Ganábamos 1-0 y aún nos anularon un gol legal. Pero en el descuento, minuto 93, en una falta lateral, Adolfo tira el fuera de juego pero el árbitro no pita -luego en las imágenes se vio que era efectivamente fuera de juego- y cuatro jugadores solos fusilan a Miguel. 1-1 y a jugárnosla en Leganés, donde sólo nos servía la victoria.

El Leganés era un equipo joven que había quedado campeón del grupo madrileño de Segunda B. Lo entrenaba el insufrible Luís Angel Duque que, si ahora es un chulo insoportable, imaginaroslo con 15 años menos y entrenando a un equipo con el que lo había ganado todo. Ahora anda de comentarista en la COPE, donde se permite criticar inmisericordemente a compañeros de profesión, con muchísima más experiencia y conocimientos que él, cuando las cosas le van mal dadas. Al igual que me pasa con los árbitros, se me revuelven las tripas cuando veo a entrenadores rajando de compañeros de profesión sin ningún tipo de comprensión hacia gente que, muchas veces por razones ajenas a su control, lo está pasando mal. Habiendo estado en un sitio tan desagradable con un banquillo, lo menos que se podría esperar es un mínimo de piedad hacia un compañero. Pero Duque es de los que hacen sangre del más débil.
En fin, que necesitábamos ganar en Leganés y la cosa se veía ya difícil. El Elche era un equipo muy veterano, y llegaba con la gasolina muy justa. Se perdió 3-0 ante un equipo muy superior, en el que destacaba especialmente Vivar Dorado, el 6 de junio de 1993. Fue una derrota muy dolorosa, después de una temporada muy ilusionante. Y buen reflejo fueron las lágrimas al final de partido de Marcelino, el hoy entrenador del Zaragoza y entonces centrocampista del Elche. Recuerdo que pasó a mi lado, en el césped -yo entonces estaba con el inalámbrico a pie de campo- y fui incapaz de meterle el micro, de lo desolado que lo veía. Es una de las imágenes que con más intensidad recuerdo de aquel día tan desgraciado.

sábado, 13 de septiembre de 2008

¿Frutas y vegetales?


Llevo tiempo viendo con estupor los anuncios con los que Minute Maid anuncia su nueva bebida, Vergelia, a la que anuncian así en las vallas y página web -y en la botella de al lado, no sé si lee bien-:

"Minute Maid Vergelia equilibra muy bien los ingredientes y el aporte nutricional de las frutas y los vegetales, creando una sorprendente fusión de sabores."

A ver, ¿qué son las frutas? ¿Animales? ¿Minerales? Supongo que vegetales, según la clásica división que yo aprendí en el colegio y que, me parece, todavía sigue en vigor. Es decir, que realmente se mezcla fruta -un vegetal- con vegetales. No es ninguna novedad que los zumos se hagan con vegetales, ¿no? Siempre ha sido así.

Dándole vueltas a esto -le doy vueltas a todo-, creo deducir que se tratará de un error en la traducción literal de la campaña que, supongo, a nivel internacional. Verdura, en inglés, se dice vegetable. Así que, si la campaña original habla de mezclar vegetables and fruit, tal vez se ha traducido literalmente, como hacíamos en el colegio, por vegetales y fruta.

Este error puede tener dos explicaciones: o el que tradujo la campaña es un incompetente, que no sabe que vegetable no significa vegetal; o bien lo sabe pero, a pesar de eso, decide mantenerlo, tal vez por razones de mayor impacto en el mensaje. Aun sabiendo que es incorrecto. Y despreciando la semántica de nuestro idioma y empobreciéndolo en una campaña de tanta repercusión.

No sé cuál de las dos explicaciones será la correcta, ni tampoco cuál me parece peor que la otra. Lo que sí sé es que, racionalmente o no, me ha predispuesto negativamente hacia el consumo de productos de esta marca: o son unos chapuceros o son unos ignorantes.

martes, 2 de septiembre de 2008

Lecturas veraniegas

Vaya aquí un repaso rápido a las lecturas de este verano -al menos, desde principio de julio, que es cuando empecé a leer en serio-, porque he encontrado alguna sorpresa notable que me gustaría comentar. Por orden cronológico.

En busca de Infamia. Lindsey Davis.
XVI novela de la saga de Marco Didio Falco, a la que, como es fácil deducir, estoy enganchado a las aventuras de Falco -tanto que le puse a un perro mio así-. Esta vez se lleva a toda la familia a Ostia a buscar lo que vendría a ser un periodista del corazón de la época imperial romana, y se lleva a toda la familia a esta villa, que fue el puerto de Roma en tiempos. Mantiene el tono entretenido de toda la saga, pero debo decir que ya noto cierto cansancio desde hace algunos títulos, y una repetición excesiva de ciertos esquemas. Ya estoy enganchado a los personajes, así que seguiré con ella.

Narrativa completa. Dorothy Parker.
Se trata de una recopilación de los cuentos y artículos periodísticos de Dorothy Parker, neoyorquina de principio del siglo XX, mujer adelantada a su tiempo y de la que, realmente, esperaba mucho más. He leído los cuentos y debo reconocer que no me han gustado demasiado. Alguno suelto me he merecido la pena pero, en general, eran previsibles y aburridos. Probablemente hace un siglo resultaban rompedores y muy provocadores -la imagen de la mujer, las relaciones sociales...- los argumentos y el desarrollo. Pero lo cierto es que hoy dejan bastante frío, por simplones y manidos.

Sputnik, mi amor. Haruki Murakami.
Tercera novela que leo de Murakami y, aunque me ha gustado mucho, no ha conseguido mantener el listón de las dos que había leído anteriormente, Tokyo Blues y Kafka en la orilla. Trata de un curioso triángulo amoroso entre un profesor de primaria -el narrador-, la mejor amiga de éste -de la que el protagonista está enamorado- y una mujer de negocios -de la que se enamora ella- con un trauma interior que desencadena un final de la novela muy en la línea Murakami, con una línea divisoria muy tenue entre realidad y ficción. Es una novela ágil, que se lee y que sigue cautivando con la misma escritura brillante y fluida de Murakami. Siendo una buena novela, el listón tan alto que tenía puesto en las otras dos -cada una en su estilo, ambas han sido de lo mejor que he leído- hace que, en comparación, pueda desmerecer un poco. Pero es muy recomendable y Murakami sigue siendo uno de mis escritores favoritos actuales -y el único que ha hecho doblete este verano-.
Pájaros negros sobre la catedral. Phillip Vandenberg.
Un regalo de mi santo, que cogí con cierto interés y que acabé con notable desgana. El enésimo libro sobre catedrales y Edad Media, conspiraciones de la Iglesia y héroes ingeniosos y astutos -en este caso, una mujer-. Lo cierto es que son historias aburridas, previsibles hasta la náusea y, aunque presuman de sorprendentes y de ingeniosas, son profundamente estúpidas e increíbles. Yo, que era aficionado a este tipo de literatura histórica, y especialmente de la Edad Media, hace 20 años, cuando se publicaba El nombre de la Rosa, El ocho o la saga de Los Hijos del Grial, debo decir que aborrezco de ella y ya no se me ocurre acercarme a este tipo de libros. Cada vez que lo he hecho últimamente -La Catedral del Mar, El Código Da Vinci, los de Matilde Asensi, El Señor del Caos...- he salido más que escaldado con estas historias tan simplonas. Tal vez me hago mayor y menos permisivo. O, probablemente, antes se escribían estas novelas de un modo notablemente superior.
Los hombres que no amaban a las mujeres. Stieg Larsson.
La gran sorpresa del verano. Venía precedida de una importante fama donde se ha publicado, así como una trama que, a priori, me atraía. Un periodista es contratado para investigar una desaparición producida hace casi cuarenta años en una pequeña isla. Contará con la ayuda de Lisbeth, una peculiar investigadora privada y una de las principales creaciones del libro. Corrupción financiera y violencia extrema se mezclan en una novela que engancha desde el principio y a la que, a mi juicio, le sobran las últimas 60 páginas. Tiene continuación en otras dos novelas escritas por un periodista sueco que murió dejando los manuscritos y que no ha podido ver el enorme éxito que han tenido. Tremendamente recomendable.
Sauce ciego, mujer dormida.
Segundo libro de Murakami del verano. No suelo leer libros de un mismo autor tan seguidos, pero es el libro que regalé a mi padre en su santo y, como fui a pasar unos días allí, lo leía mientras tanto. Además, no es novela, son cuentos, recopilados por el autor y escritos desde principios de los 80 hasta ahora. Murakami 100%, algunos de ellos me han resultado excesivos, y otros me han encantado. Podría destacar como preciosos El hombre de hielo, Tony Takitani y La chica del cumpleaños. Pero me parece que lo mejor lo deja para el final: Hanalei Bay -sobre la madre de un joven que muere haciendo surf en Hawaii- y El mono de Shinagawa -acerca de una mujer que no consigue recordar su propio nombre-, dos auténticas joyas. Tal vez sea una buena forma de acercarse a Murakami. Algunos cuentos son difíciles de leer y auténticamente desconcertantes, pero hay joyas de gran belleza y profundidad.

Antología del cuento norteamericano. Richard Ford.
A ratos, he leído varios de los cuentos de la recopilación que Richard Ford ha hecho de cuentos de escritores de Norteamérica desde hace más de dos siglos. Es un libro muy extenso con 65 cuentos, que llevo en danza desde hace ocho años, y que voy leyendo a ratos, entre un libro y otro. Este verano le he dado un buen arreón y ya empiezo a verle el final. Es una magnífica recopilación y, de la docena que he leído este verano, destacaría A&P, de John Updike, agridulce aproximación al paso de la adolescencia a la madurez desde un punto de vista notablemente desencantado, aunque escondido tras una historia muy divertida y entretenida.

Todo lo que muere. John Connolly.
Novela negra, negrísima, primera de la saga de Charlie Parker, alias Bird. Recuerda a las novelas negras clásicas del género -Chandler-, con el mismo nivel de sufrimiento pero con aún más dureza. Charlie Parker es un detective al que matan y mutilan a su mujer e hija mientras él se emborrachaba en un bar. A partir de ahí se embarca una búsqueda del asesino que le permita también matar sus fantasmas interiores. Una de las cosas que me han gustado de la novela es la introducción de una trama paralela, en la que se ocupa de resolver el asunto de unos asesinos de niños ocurrido muchos años atrás, conectado de manera indirecta con el tema principal. Aunque a veces resulta excesivamente seca, se lee con mucho interés y me ha mantenido las ganas de seguir con la segunda novela de la saga -ya van seis, si no me equivoco-. Uno así a Bird al inspector Brunetti y al comisario Wallander, mis dos policías de cabecera, de los ya hablaré algún día.
Mis rincones oscuros. James Ellroy.
Acabo con una novela que no lo es de James Ellroy, uno de los grandes de la novela nortemericana actual. Intenta acercarse, de una manera fría y desapasionada -por momentos lo consigue- a la figura de su madre, asesinada brutalmente cuando él tenía diez años y con la que considera Ellroy que tiene una deuda, por su desapego a ella durante tanto tiempo. Narra la historia con estilo trepidante y muy directo: primero los hechos y la investigación policial, después la búsqueda, cuarenta años después, que el autor hace del asesino, más que para descubrirlo, para encontrar a su madre. Libro duro, desasosegante y a veces difícil de leer, que parece a veces más catarsis personal que ejercicio literario. Pero que, a pesar de eso, y con la prosa tan brillante de Ellroy, consigue convertir en una historia que engancha.

lunes, 25 de agosto de 2008

Se acabaron las vacaciones

Pues eso, que se acabaron las vacaciones.

Quien no se consuela es porque no quiere.

viernes, 1 de agosto de 2008

Tiempo de descuento

Vi ayer este fantástico cortometraje argentino y, a cualquiera que sea futbolero y especialmente muy hincha de un equipo, digamos, modesto -al menos no de los más grandes- se lo recomiendo fervientemente. Es un poco largo pero merece mucho la pena.




A los que ha empeceis las vaciones, buen verano.

miércoles, 30 de julio de 2008

Yelena Isinbayeva 5.04

Yelena Isinbayeva batió ayer nuevamente el récord del mundo de salto de pértiga femenino. Salto 5.04 en Montecarlo, superando su propio record anterior de 5.03 hace unos pocos días.
Ciertamente, se trata de mi atleta favorita en estos momentos. Es tan superior a todo el resto, salta con esa elegancia. Incluso me gusta cuando espera que llegue su turno escondida en una especie de saco con el que se aisla del mundo. Entre ella y Blanka Vlasic, en salto de altura, me alegran cualquier campeonato. Son dos de las pruebas de los próximos JJOO que espero con más ganas. Me tienen enamorado las dos. Ahí está el salto de ayer. Y no será el último.


jueves, 24 de julio de 2008

Ha muerto Sophia

Aunque ya hace muchos años que no la veía, más que muy esporádicamente, y casi le había perdido la pista, esta mañana todavía he sentido cierta desazón cuando me he enterado de que ha muerto Sophia Petrillo.

Seguro que la recordais. La madre de Dorothy. Esa con tan mala leche, que tanto amargaba a su hija y a Stan, su ex, que se reía de Rose por lo ingenua cuando contaba historias de Saint Olaf, y de Blanche, por zorrón -otra que tal, con más de 60 años y recuerdo que todavía me ponía-. Que te hacía saltar las lágrimas -de la risa- cuando recordaba -o inventaba- sus historias con Mussolinni en la Italia de los años 30. A la que siempre amenazaban con llevar a la residencia de ancianos, pero a la que tanto se resistía.


Ha muerto a los 85 años, aunque, para mí, ya había superado los 80 hace ya más de 20, así que se puede decir que por ella no pasaba el tiempo. Pero, aunque Estelle Getty ya no lo haga, seguro que las cuatro seguirán haciéndonos reir mucho tiempo. Ellas sí que eran Las chicas de oro, y no las cuatro petardas de Sexo en NY.

Ahora sí que ha ido, de verdad, a Prados soleados. Descanse en paz. Y vaya con ella este pequeño homenaje a una de las series con las más que me reido, y un personaje de televisión de los que más he querido. No sé qué voy a hacer cuando también muera ALF.

martes, 22 de julio de 2008

Mitat de mitja de Torrellano

El domingo pasado corrí en Torrellano la primera edición de la Mitat de mitja.

Aunque la hora oficial de inicio eran las 9.30, empezó un poco más tarde, ya que parece que hubo muchísima gente inscrita -casi 1000, cuando esperaban 300-. Da gusto que en una carrera así haya tanta gente.

Ya a esas horas, casi las 10.00, hacía bastante calor. Pero todavía más cuando acabamos. El termómetro del coche me marcaba 30 grados.

En la parte negativa: la descoordinación con los dorsales, los trozos de camino muy irregulares, el paso por el Polígono, el desconcierto con la distancia -oficialmente eran 10,500, pero me parece que no llegamos ni a 10,000-.

En la parte positiva: el propio hecho de organizar la carrera, que se apuntara tanta gente, los trozos que se corrían por el pueblo -en fiesta, con gente en la calle-, el agua en los kms 4 y 8 -fresca!! qué difícil es ver eso-, la comida y bebida muy abundante a la llegada.

Al final, 50:03, acabando muy fresco al final. Supongo que tengo más fondo que velocidad, pero el caso es que me cuesta subir el ritmo durante la carrera, pero al final llego muy entero.

En resumen, experiencia muy interesante. Gracias a los organizadores por poner a nuestra disposición una carrera así y esperemos que perseveren en años futuros. A pesar de haber cosas a mejorar, siempre es muy de agradecer que haya gente que pierda su tiempo en organizar carreras para que nosotros disfrutemos. Así que los errores se olvidan -crítica constructiva, para mejorar en el futuro-, y el agradecimiento queda.

PD. Hice algunas fotos, pero soy tan burro que las borré luego sin darme cuenta, cuando quería verlas con el zoom. Si Paco Navarro baja las de su cámara, tendré algún recuerdo de la carrera. Si no, justo castigo a mi torpeza.

PD 2. Ya me ha mandado Paco la foto. Gracias Estamos David y yo en la cola para recoger dorsales. Así que la añado.

viernes, 18 de julio de 2008

Ayer empezó el FIB

Y yo me entero hoy, leyendo el periódico. Cómo cambian los tiempos. Tampoco es que haya sido un asiduo pero sí hubo unos años en que iba con cierta regularidad. Recuerdo grandísimos conciertos de Sidonie, Los Planetas, Saint Ettiene, La Habitación Roja, Black Rebel Motorcycle Club... pero, sobre todo, Belle and Sebastian. El primer año en el escenario pequeño -antológico- y el segundo en el grande -magnífico, pero el escenario pequeño les venía mejor-.
En fin, me hago mayor. ¡Si hasta la última vez que los vi fue en un Auditorio, en Valencia, sentado!
Para el que no los conozca, Get me away from here I'm dying (mi canción favorita), en directo -pero no en Benicassim, no he encontrado ninguno-. Y, que los conozca, que los disfrute.
Buen fin de semana.


lunes, 14 de julio de 2008

Viajes con el Elche: Madrid y el Atlético

Dos veces he estado en Madrid con el Elche para jugar con el Atlético de Madrid, pero las dos han sido contra el filial -el Atlético Madrileño la primera, el At. Madrid B la segunda-.
El primer partido fue en el Calderón. No recuerdo la temporada, creo que fue sobre al año 90 ó 91, en Segunda División. El campo, obviamente, se quedaba muy grande y había muy poca gente en la grada. Del partido sólo recuerdo que Puche -el mayor- le pegó una patada tremenda en la rodilla a Joao Pinto, que había fichado el por aquel entonces reciente Jesús Gil. Después del partido Gil quería comerse a Puche por lesionarle al portugués, que habían fichado como estrella joven y tenían fogueándose en el filial. Ni recuerdo el resultado del partido, pero creo que empatamos.
La segunda fue bastante más movida. Fue en los años de Segunda B, una de las últimas temporadas antes del ascenso. El partido se jugaba el domingo por la mañana en el Cerro del Espino, en Majadahonda, y nos fuimos el sábado por la mañana con amigos, salimos el sábado por la noche en Madrid, recuerdo que dormí en un sofá en casa de Simón, un amigo que entonces vivía en Madrid.
Como no sabía llegar, y no quería que se nos hiciera tarde, el domingo Isa y yo nos levantamos temprano, a pesar de haber trasnochado, desayunamos chocolate con churros y más o menos a las 1o y media ya estábamos de camino. Llegamos a Majadahonda pronto, sobre las 11. Yo tenía que llegar al campo antes de que mi padre empezara a trabajar, media hora antes, para que me pudiera dar un par de entradas para el partido.
Nada más entrar al pueblo, esperando ver algún cartel que nos indicara dónde estaba el campo -no tenía ni idea-, veo a un chaval joven con una bufanda del Atlético. Pienso, "este sabe dónde estará el campo", y le pregunto. Me contesta, "yo voy para allá, ¿me llevas?". Sube al coche, le pregunto por dónde tiro, y me contesta, "no tengo ni idea, yo soy de Elche, estoy aquí haciendo la mili y he venido a ver a unos amigos".
El caso es que sigo recto y, en una parada de autobús, le pregunto a un señor mayor que había esperando "¿para ir al campo de fútbol?", y me dice también "pues mira, yo voy para allá, pero se me acaba de escapar el autobús, si me hace el favor de llevarme...". También lo subo, le pido que me indique por dónde ir, y me contesta: "no lo sé, yo es que siempre voy en autobús, pero no sé ir. De todas formas, el autobús que me lleva es ese de ahí delante, que se me ha escapado por poco. Si lo seguimos nos lleva al campo." Así que empiezo a seguir al autobús.
Después de callejear más de media hora por el pueblo, sale hacia las afueras y se para al margen de la carretera. Tras dos minutos esperando que reanudara, le digo a mi pasaje "pues, parece que no va al campo de fútbol". Me bajo del coche, me acerco al autobús, le pregunto al conductor y me dice que, efectivamente, él no va al campo de fútbol, que ha ya ha acabado su turno. Pero me indica, más o menos, por dónde ir. Y sin tener que llevarlo.
Siguiendo sus indicaciones llego al campo de fútbol -estaba muy cerca de donde cogí al segundo pasajero-, ya quince minutos después de empezado el partido, con lo que me toca sacar las dos entradas. Localizo a mis amigos, que estaban ya en la grada, y entonces empieza el siguiente espectáculo.
Primero, hacía un frío del cagarse. Es un campo pequeñito, con pocas filas de gradas, y completamente descubierto. Hacía un viento helado que te dejaba seco. Pienso, bueno, por lo menos vamos a disfrutar del partido. Pero tampoco.
Nos cascaron 4-0. Pero, curiosamente, nos lo pasamos de coña. Cuando ya comprendimos que aquello era un día perdido, empezamos a hacer coñas. Al pobre Carmelo, el lateral derecho del Elche, que teníamos a dos palmos -aquello era un campito, le podías dar collejas al juez de línea, no como en el Martínez Valero que, por mucho que grites, nunca te oyen-. Nos pasamos todo el partido metiéndonos con él: "Carmelo, los de blanco, que los tuyo son los de blanco, pásasela a ellos, no a los de rayas rojas". El chico miraba para la grada con una cara de mala leche... Los del Frente Atlético gritaban "Bielsa -seleccionador argentino-, cabrón, Timpani -nuestro central, argentino- selección" de cachondeo, por el mal partido que hizo. Anticipábamos las cantadas del otro central Asier, incluso adivinamos que nos iban a marcar una de las veces cuando vimos que colgaban el balón...
En fin que, como experiencia deportiva, no fue muy allá. Eso sí, reírnos, nos reímos un rato.

viernes, 4 de julio de 2008

Próximos objetivos

Los que me conoceis un poco ya sabeis lo que me gusta tener las cosas planificadas de antemano. Así que ya me he organizado hasta... el verano que viene, más o menos. Al menos, en cuanto a carreras que requieran preparación.
Ahora, en poco tiempo, tengo previsto correr lo siguiente: en Torrellano, una "mitat de mitja" -distancia que nunca he corrido- el día 20 de julio; el 27, en Almoradí, un 5.000; y hacer la Subida al Santuario de la Magdalena, en Novelda, que llevo años queriendo hacerla y a ver si este año va la vencida. Gracias al amigo Paco Navarro, a través de cuyo blog me voy enterando de todas estas carreras por aquí cerca.
Después, la última semana de agosto empezaré a preparar la Media de Valencia, que es el día 16 de noviembre. Desde la primera que hice, en Benidorm, no he vuelto a seguir un plan para hacer una Media. Intentaré, ya que dicen que es tan rápida -discurre parcialmente por el circuito que han hecho para la Fórmula 1-, a ver si bajo de 1:45.
Y, después de una semana de vacaciones, empezaré a principios de diciembre a preparar el Maratón de Barcelona, que será el 1 de marzo de 2.009. Ahí intentaré bajar de 4 horas. Será, espero, mi tercer maratón, después del de Nueva York y Madrid. Durante esa preparación correré la Media de Santa Pola y supongo que alguna más, tal vez Orihuela, a mitad de febrero.
Después de Barcelona, la Media de Elche -será ya, espero, mi cuarta participación-, y al final la de Almansa, en mayo, que todavía no he corrido y que también tengo muchas ganas de hacerlo.
En fin, que tranquilo me quedo después de dejarlo todo organizado.