domingo, 2 de noviembre de 2008

Hoy hace un año

Pues, eso, que hoy hace un año que estaba en las campas de Fort Wardworth, pasando un frío moderado y esperando que sonara el cañonazo que marcara el inicio del maratón de Nueva York, mi primer maratón. A esta hora, las 7.30 en Estados Unidos, ya habíamos bajado del ferry de Staten Island y los autobuses nos habían llevado a la zona en la que los casi 40.000 participantes estábamos a punto de iniciar esta experiencia inolvidable.

Hoy, volviendo la vista atrás, me doy cuenta, fundamentalmente, de una cosa. Lo que desaproveché la ocasión. Mi ilusión era hacer mi primer -y, entonces no sabía si único- maratón en NY. Y, aunque resulta una idea bonita, que pude llevar a la práctica, lo cierto es que debutar en NY es como si a alguien que nunca ha bebido vino le dan su primer vaso de Vega Sicilia. Le podrá parecer mejor o peor, pero no podrá comparar, y, hasta que luego no haya bebido muchos otros vinos diferentes, no podrá apreciar lo que en su momento probó. Eso es lo que me ha pasado.

No pude apreciar la experiencia en toda su intensidad porque no tenía con qué compararla. Ni tenía tampoco la perspectiva suficiente para juzgarla. Hoy, después de varias carreras y un maratón más, voy poco a poco comprendiendo dónde estuve, por qué calles corrí -entonces, maldiciendo las aglomeraciones, en vez de disfrutar plenamente del ambiente-. Y empiezo, poco a poco, a sacarle el jugo que entonces no estaba capacitado para extraer.

Así que, en un rato, cuando a las 15:00 me siente delante de la tele para tragarme en Eurosport la retransmisión entera, primero la carrera femenina -donde disfrutaré de Paula Radcliffe-, luego la salida masculina y, después, las magníficas imágenes de esa salida majestuosa por el puente de Verrazzano, seguro que no podré evitar que la nostalgia me haga derramar unas cuantas lágrimas. Y me haga la promesa de que, igual que ese fue mi primer maratón, también será mi último.

5 comentarios:

  1. ¿Piensas volver y repetir?

    ¿Tienes algo pensado para el 1er semestre de 2009 fuera de Spain?

    Tennos informados.

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  2. Pues, sí pienso volver alguna vez al maratón NY. Pero para correr mi último maratón, dentro de 20 ó 25 años, espero.

    Ya detallaré en un par de días mi calendario de esta temporada, pero el único maratón que tengo previsto es el de Barcelona, el 1 de marzo. ¿Eso se considera fuera de España?

    A ver si para después del verano busco alguno de otoño o, por ahora tengo pensado, uno en Africa: o el del Sahara -febrero 2010- o el de Marraquech -enero 2010-.

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  3. Ays Santi!!!!!!!...que a mi también me pasó eso ayer!!...

    a las 3 en puntito estaba frente a la tele para disfrutar de ese maratón y a la vez, de todos mis recuerdos...y también me emocioné en algunos momentos.

    Me acuerdo que te hicimos ese comentario allí, Merak y yo, que empezar en el mundo maratoniano con NY, podía quitar magia a los que quisieras hacer después...pero bueno...por otra parte, tener ese maratón como el que te inició a disfrutar de la distancia filipides, es de una magia tremenda...(a mi me pasa con Paris).

    Besitos morriñosos.

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  4. Me acuerdo perfectamente de seguirte por internet en casa de mis padres como si la estuviese corriendo yo mismo.... todo un alarde, quedara para tu balance vital. Escribir un libro, plantar un pino (no de los del WC de los otros), tener un miniSanti y correr la marathon de NY.

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  5. Amigo Santi, yo también estuve pegado al televisor viendo el maratón de los maratones (de hecho lo grabé en DVD) y si yo que no lo he corrido me acordé de que tu sí, me puedo hacer una ligera idea de lo que se te pudo pasar por el cap.

    La verdad es que supongo que tienes razón, yo empecé por el que probablemente sea uno de los humildes (que no cutres) maratones de España, el de Benidorm, así que lo que sí tiene narices es que quisiera volver a intentar enfrentarme a esta distancia después de correr 42.195 metros y ya está, sólo eso, sólo esa distancia, sin conservantes ni colorantes. Por tanto a mi el de Madrid me sonó a gloria y espero que el próximo, que si nada lo remedia será en París, sea algo así como tocar el cielo. Nueva York llegará en su momento. Utilizando tu mismo símil, yo he empezado probando un vino cabezón.

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