martes, 27 de mayo de 2008

Don´t look back in anger

No tengo mucho tiempo para escribir. Pero podeis ver en directo esta magnífica canción de Oasis. Como dice un comentario en Youtube, so good it makes me cry. A mí también. Y me pone los pelos de punta.



Don´t look back in anger, I heard you say.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Najat

Como sabéis los que pasáis por aquí habitualmente, hace ya un mes corrí el Maratón de Madrid. Lo que muy pocos sabréis es que en esa carrera murió una chica, de 33 años una corredora. No lo sabéis porque, supongo que por razones de imagen, la organización de la carrera ha silenciado esta noticia. No ha salido ni en periódicos, ni en televisión, ni casi en revistas especializadas -yo sólo he podido ver una mención, casi de pasada, en la edición del Runner's de abril, al final de un recuadro, en un lateral del reportaje dedicado a la carrera.

Tal vez algunos sí os acordéis de que, en la última edición del maratón de Chicago, creo que en octubre, que se suspendió tras tres horas de carrera a causa de las altas temperaturas y la humedad inusual para esa época del año, murió un corredor. Fue un hecho bastante publicitado, conocido a pesar de haber sucedido tan lejos.

La muerte, en una carrera, en cualquier actividad deportiva, como en cualquier otro aspecto de la vida -accidentes laborales, accidentes de coche, enfermedades..., life kills- sucede de vez en cuando. Ambos corredores eran experimentados, no se trató en ninguno de los dos casos de principiantes que sobrepasaran sus posibilidades. Como sucede de vez en cuando, también a los deportistas de élite, una vena se rompe en la cabeza, un ventrículo del corazón no responde adecuadamente, un cáncer que no da la cara hasta que es demasiado tarde..., nuestro cuerpo decide que hasta aquí hemos llegado. Que bastante difícil ha sido, si tenemos en cuenta las escasas posibilidades que, en realidad, hay de que un mecanismo tan complejo funcione tan perfectamente como lo hace, algo de lo que no somos conscientes.

En cualquier caso, un grupo de corredores y blogueros, del que he conocido por mi amiga Syl, han decidido rendirle un homenaje. Para que, al menos, alguien se acuerde de ella. No sólo porque podríamos haber sido cualquiera de nosotros. Sino porque, fundamentalmente, queremos, a veces incluso necesitamos, acordarnos de nuestra propia fragilidad. Por eso te recordamos, Najat.

Yo, además, te recordaré siempre porque pasé junto a tí. No te conocía, no sabía quien eras, y, más que verte, te intuí en una camilla, rodeada de un montón de gente apresurada, a la altura del kilómetro 35, Paseo del Doctor Vallejo Nájera, allí donde la carrera se nos empezaba a hacer dura a todos, no sabíamos cuánto más dura se te hacía a ti. Volviste a pasar por mi lado, unos pocos minutos más tarde, en una de las dos ambulancias que, por medio del recorrido de la carrera, nos adelantaron a toda velocidad.

No sabía entonces quién eras, ahora lo sé, y bien que lo lamento. Ojalá sólo hubieras sido una estadística más en una jornada sin mayores incidentes, un desvanecimiento, un poco de suero y a casa. Pero, ahora que sé quien eres, ya sé que no te olvidaré. Y sé que no seré el único. Adios, Najat.

sábado, 10 de mayo de 2008

American Pie

Hoy toca ladrillo, y de los gordos. Estoy leyendo Esto no es música, un libro de José Luis Pardo en el que, al hilo de la portada del Sgt. Pepper's de los Beatles, analiza -desde un punto de vista estrictamente filosófico- cuestiones relacionada con la cultura de masas. Lo cierto es que es mucho más denso de lo que pensaba, y me está costando leerlo muchísimo. Ya veremos si lo termino.

Pero introduce al principio de cada capítulo trozos de la canción American Pie, el mega-exito del one-hit-man Don McLean del año 1971, del que hizo una versión Madonna. Es una canción muy larga -8:33-, muy conocida en USA y, sobre todo, profusa y profundamente analizada por las múltiples referencias veladas que contiene -o no-. El caso es que es una canción que siempre me ha gustado mucho. Y llevo ya una semana cantándola a todas horas.
Inicialmente, es una canción que parte del día en que, el 3 de febrero de 1959, murieron en un accidente de avión Buddy Holly, Richie Valens -La Bamba- y Big Bopper -Chantilly Lace-. Pero la canción excede ampliamente la simple referencia y, plagada de dobles sentidos, es todo un análisis desencantado de las ilusiones que el nacimiento del rock'n'roll creó y cómo, a lo largo de los prodigiosos 60', fueron apagándose. En ese sentido, es un interesante preludio de los 70'.
Aunque los análisis son infinitos, y se ocupan de la letra ampliamente, verso a verso, me gustaría hacer una referencia a algunos de los que considero más significativos.
A long, long time ago...
I can still remember how
That music used to make me smile.
And I knew if I had my chance,
That I could make those people dance,
And maybe they'd be happy for a while.
With every paper I'd deliver
Bad news on the doorstep
I couldn't take one more step
I can't remember if I cried
When I read about his widowed bride
But something touched me deep inside
The day the music died
Don McLean repartía periódicos cuando, en febrero de 1959 murieron Buddy Holly, Richie Valens y Big Bopper. Entre los tres habían vendido 10 millones de discos en los doce meses anteriores a su muerte, así que se conoció ese día como El día en que la música murió. De los tres, al que con más profundidad se refiere la letra es a Buddy Holly, que dejó una viuda embarazada cuando murió.
So, bye-bye, Miss American Pie
Drove my chevy to the levee
But the levee was dry
And them good old boys were drinkin' whiskey and rye
Singin' this'll be the day that I die
This'll be the day that I die.
Se ha especulado mucho acerca de si American Pie era el nombre de la avioneta en que se estrellaron, pero no se ha confirmado, y el propio autor lo ha negado, atribuyendo la expresión a su invención. Lo que es seguro es que la canción que cantaban los chicos era la canción de Buddy Holly: That'll be the day -que contiene la estrofa en el estribillo de This'll be the day that I die.
Did you write the Book of Love?
And do you have faith in God above
If the Bible tells you so?
Do you believe in rock n' roll
Can music save your mortal soul?
And can you teach me how to dance real slow
Well, I know that you're in love with him'
Cause I saw you dancin' in the gym
You both kicked off your shoes
Man, I dig those rhythm & and blues
I was a lonely, teenage broncin' buck
With a pink carnation and a pickup truck
But I knew I was out of luck
The day the music died
I started singin'
Las interpretaciones religiosas también son frecuentes en la canción. Los primeros versos hacen referencia tanto al exito de The Monotones "The Book of Love" como a la canción del predicador Don Cornell "The Bible tells me so". Pero no está claro si en sentido literal o de manera irónica. Crees que el rock'n'roll puede salvar tu alma mortal? El autor -o el rock'n'roll- era, antes del accidente, un joven con un clavel y una pick'up, es decir, con todo por delante. Pero de pronto se dio cuenta de que se había acabado su suerte el día que la música murió.
-Estribillo-
Now for ten years we've been on our own
And moss grows fat on a rollin' stone
But that's not how it used to be
When the Jester sang for the King and Queen
In a coat he borrowed from James Dean
In a voice that came from you and me
Oh, and while the King was looking down
The Jester stole his thorny crown
The courtroom was adjourned
No verdict was returned
And while Lenin read a book on Marx
The quartet practiced in the park
And we sang dirges in the dark
The day the music died
We were singin'
Párrafo muy complicado y con muchas interpretaciones y muy diversas. Más o menos creibles, pero muy interesantes. Lo único claro son los diez años de soledad -desde la muerte de Buddy Holly-, pero la referencia a la "rolling stone" ya es más discutida. Se habla de referirse al propio Buddy Holly, a Bob Dylan, a Muddy Waters o a los propios Rolling Stones. El juglar posterior sí es sin duda Bob Dylan, que vestía la chaqueta de James Dean en la portada de su disco The freewheelin'. Pero el rey y la reina no están claros. La versión que más me interesa -aunque tal vez no sea la más fiable- es que se referiría a John Fitzgerald y Jacqueline Kennedy. También podría ser Elvis Presley, que ve el ascenso de Bob Dylan para arrebatarle su corona de espinas. O Martin Luther King y Joan Baez, juntos antes del 4 de abril en que mataron a MLK. En la intepretación referida a JFK, la referencia al juicio sin veredicto sería la Comisión Warren sobre su asesinato que no llegó a ninguna conclusión.
Después, Lenin o -Lennon- leyendo un libro de Marx -¿Karl o Groucho?-, y el cuarteto tocando en el parque, parecen referencias a los Beatles -a la radicalización de la música de los Beatles, con la influencia izquierdista de John Lennon- . Aunque también a The Weavers, un cuarteto con el que tenía amistad Don McLean y que fue represaliado por el senador McCarthy.
-Estribillo-
Helter Skelter in a summer swelter
The birds flew off with a fallout shelter
Eight miles high and falling fast
It landed foul on the grass
The players tried for a forward pass
With the Jester on the sidelines in a cast
Now the half-time air was sweet perfume
While the Sergeants played a marching tune
We all got up to dance
Oh but we never got the chance'
Cause the players tried to take the field
The marching band refused to yield
Do you recall what was revealed
The day the music died
We started singing
Helter Skelter fue la canción que Charles Manson dijo que había sido su inspiración cuando planeó el asesinato de Sharon Tate -entonces esposa de Roman Polanski- y sus invitados, un crimen sangriento que conmocionó al mundo entero y por el Manson todavía está en prisión.
El largo verano fue el del 65, con disturbios raciales en el entorno de Los Angeles.
"Eight miles high" fue una canción de un disco de los Birds que fue uno de los primeros que fueron prohibidos en muchas emisoras por su explicita apología de las drogas. A ese mismo grupo se refiere posteriormente la referencia a la hierba. Hay más referencias a ello en la letra.
A continuación, hay dos interpretaciones principales sobre el sentido del resto.
La primera interpreta referencias acerca de los Beatles: mientras los sargentos -por el Sgt. Peppers- tocaban una marcha, todos teníamos ganas de bailar; pero nunca tuvimos la oportunidad. Parece hacer referencia al concierto de los Beatles en Candlestick Park, en LA, cuando dejaron de tocar a los 33 minutos porque no se oían: tanto chillaban las 24.000 personas. Ahí decidieron dar por finalizada su gira por los USA.
Otra lo interpreta en clave política: los disturbios en la Universidad de Kent State, en mayo de 1970, cuando miembros de la Guardia Nacional mataron a cuatro manifestantes contra la guerra de Vietnam. Así, el dulce gas sería, irónicamente, el gas lacrimógeno.
-Estribillo-
Oh, and there we were, all in one place
A generation lost in space
With no time left to start again
So come on, Jack, be nimble, Jack be quick
Jack Flash sat on a candlestick'
Cause fire is the devils only friend
Oh, and as I watched him on the stage
My hands were clenched in fists of rage
No angel born in Hell
Could break that Satan's spell
And as flames climbed high into the night
To light the sacrificial rite
I saw Satan laughing with delight
The day the music died
He was singing.
De nuevo sorprendentes interpretaciones. Los primeros versos hacen referencia a Woodstock, donde estaban juntos toda la generación perdida: perdida a causa de la guerra de Vietnam, o tal vez por el abuso de drogas... sin tiempo para volver a empezar. Jack podría ser JFK, que debía apresuarse, ya que no iba a tener tiempo. Pero, las intepretaciones más extendidas hablan de Mick Jagger -Jumpin' Jack Flash-. También tocaron en Candlestick Park, como los Beatles. Y, en uno de sus conciertos, los Angeles del infierno, que le hacían de guardias de seguridad, mataron a un hombre a golpes mientras se interpretaba Sympaty for the devil.
Sin embargo, o simultáneamente, en argot se utilizaba el nombre de Jack para hacer referencia a la heroína. Jack flash sat on a candlestick era la expresión con que se hacía referencia a la preparación de la heroína, calentándola sobre una cuchara.
-Estribillo-
I met a girl who sang the blues
And I asked her for some happy news
But she just smiled and turned away
I went down to the sacred store
Where I'd heard the music years before
But the man there said the music wouldn't play
And in the streets the children screamed
The lovers cried, and the poets dreamed
But not a word was spoken
The church bells all were broken
And the three men I admire most
The Father, Son and the Holy Ghost
They caught the last train for the coast
The day the music died
And they were singin'.
La chica que cantaba el Blues era Janis Joplin. Que murió de sobredosis de heroína meses antes de publicarse la canción. Los "children" chillando pueden hacer referencia a las extremecedoras fotos de niños de Vietnam que publicó Life Magazine, donde se veían a niños pequeños llorando y gritando durante bombardeos; o a los "flower children", manifestantes en Berkeley contra la guerra de Vietnam, dispersados a golpes por la policía. O tal vez a las dos cosas.
Los tres hombres que más admira, y cogen el tren hacia la costa -¿la costa oeste? ¿la otra orilla?- se han interpretado como: Buddy Holly, Richie Valens y Big Bopper -lo más obvio-, Hank Williams, Elvis Presley y Buddy Holly -la más musical-, JFK, Martin Luther King y Bobby Kennedy/Malcom X -lo más político-, o a la Trinidad cristiana, Dios, Jesús y el Espíritu Santo -la religiosa-.
-Estribillo-
Si alguien ha llegado vivo hasta aquí, no sé qué opinará. Estas interpretaciones no son más que unas pocas -las más repetidas, tal vez- de las que se han utilizado para la letra de la canción. Si alguien tiene más interés, hay numerosísimas páginas en internet ofreciendo estas y otras muchas versiones.
Y, si alguien quiere saber qué opina el autor sobre todas ellas, esto es lo que dice: "No la escribí con un significado concreto. Es una canción sobre una época concreta de América. Utilicé símbolos para expresar lo que quería decir, pero, realmente, no es más que poesía". Os dejo con la versión original, por si a alguien le han entrado ganas de oirla.

viernes, 9 de mayo de 2008

Viajes con el Elche: Santander

El primer viaje con el Elche del que realmente tengo recuerdos fue a Santander el año del penúltimo ascenso a Segunda, la temporada 83-84, la que acabamos ascendiendo en el partido en casa con el Bilbao Athletic. No sé si alguna vez más alguien ha subido quedando quintos -hicimos, extrapolados a los 3 puntos por victoria, 59 puntos en una Liga de 20 equipos-: ganó la Liga el Castilla (Butragueño, que subió en Febrero al primer equipo, estuvo disputando el pichichi -creo que al final lo ganó- con Julio Salinas, Iru fue el portero al que le metimos 4 el día que subimos). Esta es una de las alineaciones de ese año: Juanín, Pérez García, Belanche, Miguel, Quesada y López Perez. López Murga, Ruiz, Anquela, Sánchez Lorenzo y Felipe Neri. Lástima que falte en la foto el gran Leguía.

El partido fue el día 6 de mayo de 1984. Es decir, acababa yo de cumplir 14 añitos. El Elche estaba muy bien para subir y se organizó un desplazamiento masivo, fletando un tren especial para el viaje. Así que, no sólo el partido, la gran excitación provenía de salir un viernes por la mañana para hacer el viaje en tren, dormir en el tren, luego hotel en Santander... Recuerdo bien la salida, desde la estación de Elche, no sé si me falla la memoría, pero diría que eramos cerca de 2000 personas.

Recuerdo el viaje, en un coche-cama. Yo dormía arriba y mis hermanas abajo, en la otra cama, y es uno de los mejores recuerdos que tengo de nunca: estar acostado en la parte de arriba, leyendo Colmillo Blanco mientras notaba el traqueteo del tren. Y luego acostarme y notar el movimiento del tren. También recuerdo despertarme en el cambio de agujas de Alcazar de San Juan, sobre las 5 de la mañana, feliz porque todavía pudiera seguir durmiendo un rato más.

No recuerdo la estación de tren, pero sí que el hotel era nuevo, y que, el sábado por la tarde, vimos en un salón del hotel la final de copa de ese año, que recuerdo porque fue aquella entre el Bilbao y el Barcelona en la que acabaron a palos, con Maradona pegando patadas y los jugadores buscándose por todo el campo al final del partido. También recuerdo que esa noche fuimos luego a cenar al puerto pesquero y me pegué una panzada a comer sardinas, algo así como 14 ó 15. Y de las sardinas de allí, que son casi como lenguados. Y, sobre todo, lo mucho que me gustó la ciudad.

El día del partido fuimos desde el hotel al campo todos juntos, nos cruzábamos con gente del Racing y nos deseábamos mutuamente vernos al año siguiente en Primera. Al final, subimos los dos, pero con distinta suerte: nosotros bajamos en la misma temporada y ellos, desde entonces, llevan 17 temporadas -no consecutivas- en primera, y a lo largo de este tiempo sólo un año en Segunda B. Del partido en sí tengo imágenes sueltas, recuerdo dónde estábamos sentados en las gradas del Sardinero, y algún lance suelo. Tampoco dio para mucho más. El resultado fue un 0-0 que casi pareció pactado, a los dos nos parecía venir bien. Ya que, aunque después de algún susto -derrota en casa en el partido siguiente-, acabamos subiendo.

De la vuelta no recuerdo gran cosa. Jugar a las cartas, andar por el tren. Siempre se recuerdan más cosas del viaje de ida que del viaje de vuelta. Pero, en conjunto, recuerdo éste como uno de los mejores viajes que he hecho en mi vida.