domingo, 21 de septiembre de 2008

Viajes con el Elche: Madrid (III) Getafe y Leganés

El último grupo de viajes a Madrid agrupa dos que recuerdo especialmente. Cronológicamente, el más reciente fue a Getafe, antes de que el Getafe subiera. Nos metieron un 2-0 con poca historia, pero lo que más recuerdo es lo vacío que estaba el campo. El Getafe iba más o menos por media tabla y no llegaban a 2.000 los espectadores, contando unos 200 de Elche. Para los que luego dicen que no se hace mejor equipo porque la gente no apoya.

Pero el que más recuerdo, y por razones más dolorosas, es el partido en Leganés. Era el último del play-off de ascenso a Segunda A, temporada 92-93. Habíamos entrado como segundos de grupo, el entrenador era Lico, y nos tocó como primero el Leganés. De los cuatro primeros partidos ganamos tres y empatamos uno. Los dos últimos eran contra el Leganés, que había hecho lo mismo que nosotros pero con mejor diferencia de goles. El empate a puntos no nos servía. El partido en casa, con un Estadio con más de 20.000 personas, iba bien. Ganábamos 1-0 y aún nos anularon un gol legal. Pero en el descuento, minuto 93, en una falta lateral, Adolfo tira el fuera de juego pero el árbitro no pita -luego en las imágenes se vio que era efectivamente fuera de juego- y cuatro jugadores solos fusilan a Miguel. 1-1 y a jugárnosla en Leganés, donde sólo nos servía la victoria.

El Leganés era un equipo joven que había quedado campeón del grupo madrileño de Segunda B. Lo entrenaba el insufrible Luís Angel Duque que, si ahora es un chulo insoportable, imaginaroslo con 15 años menos y entrenando a un equipo con el que lo había ganado todo. Ahora anda de comentarista en la COPE, donde se permite criticar inmisericordemente a compañeros de profesión, con muchísima más experiencia y conocimientos que él, cuando las cosas le van mal dadas. Al igual que me pasa con los árbitros, se me revuelven las tripas cuando veo a entrenadores rajando de compañeros de profesión sin ningún tipo de comprensión hacia gente que, muchas veces por razones ajenas a su control, lo está pasando mal. Habiendo estado en un sitio tan desagradable con un banquillo, lo menos que se podría esperar es un mínimo de piedad hacia un compañero. Pero Duque es de los que hacen sangre del más débil.
En fin, que necesitábamos ganar en Leganés y la cosa se veía ya difícil. El Elche era un equipo muy veterano, y llegaba con la gasolina muy justa. Se perdió 3-0 ante un equipo muy superior, en el que destacaba especialmente Vivar Dorado, el 6 de junio de 1993. Fue una derrota muy dolorosa, después de una temporada muy ilusionante. Y buen reflejo fueron las lágrimas al final de partido de Marcelino, el hoy entrenador del Zaragoza y entonces centrocampista del Elche. Recuerdo que pasó a mi lado, en el césped -yo entonces estaba con el inalámbrico a pie de campo- y fui incapaz de meterle el micro, de lo desolado que lo veía. Es una de las imágenes que con más intensidad recuerdo de aquel día tan desgraciado.

3 comentarios:

  1. ays, esas penas por el fútbol que nunca he acabado de entender!!!...pero bueno...ya sabes que es porque no me entero de la película futbolera...

    Aún así, siento que el Leganés ganase...que lo he leído en plan historieta y pensaba que acabaría con final feliz...

    Besitos.

    Ps: y el de la cope...pues ¿qué quieres?...ahí está lo mejorcito de cada casa!!!

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  2. Lo de las penas del fútbol realmente es difícil de entender. Supongo que tenga algo de atavismo tribal, de identificación con el grupo y eso...Pero aquello ya está superado. Ahora tenemos penas nuevas y mucho más recientes.

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  3. Sí, ciertamente el comienzo liguero de este año me hace pasar de página rápidamente en la sección de deportes los lunes por la mañana...me estoy dando a las notas de sociedad, porque el apartado económico tampoco le dejan a uno buen sabor de boca precisamente.

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