lunes, 27 de octubre de 2008

There's probably no God. Now stop worrying and enjoy your life.

Esta es la campaña que una asociación humanista ha promovido en el Reino Unido. Viene a significar, más o menos, "Probablemente, Dios no existe. Ahora, deja de preocuparte y disfruta la vida". Se trata de promover la laicidad en la sociedad británica, donde el jefe del Estado -la Reina-, también es la cabeza de la Iglesia. Más confusión iglesia-estado, imposible. Aunque, obviamente, el ser cabeza de una y otra organización sea una cuestión más formal que real.

En cuanto a la forma, me parece una campaña publicitariamente muy atractiva. El mensaje es directo y con un toque de humor que le quita un punto de agresividad que una campaña dirigida a restar influencia en la sociedad a la iglesia británica.

Más interesante aún parece el propio fondo, la intención. Plantear algo así, hacer esta reivindicación después de que prácticamente toda la historia de la civilización occidental haya estado dominada por los principios de la religión católica, parecía algo saludable como casi imprescindible. Y me ha sorprendido también gratamente que las reacciones de los representantes de la Iglesia británica hayan acogido positivamente esta iniciativa, como una fórmula de poner bajo el foco de la atención pública la discusión de este tipo de cuestiones, en el que afirman que todas las opiniones son bienvenidas a la hora de sacar conclusiones.

No quiero ni pensar lo que pasaría aquí si alguien se planteara hacer algo así.

lunes, 20 de octubre de 2008

Hay cantera


Ayer por la mañana se celebró la III Carrera Popular Abel Antón, organizada por la Asociación de Vecinos de Gran Alacant, en Santa Pola. Era una jornada deportiva que incluía desde carreras para los más pequeños -200 metros para niños de 0 a 4 años y 300 metros para niños de 5 a 7, y así sucesivamente- hasta un 10.000 metros para los menos pequeños.
Lo más destacable fue el debut de dos de mis tres retoños, Santi y Helena, que corrieron en sus respectivas categorías. Ahí a la izquierda están ambos, con sus dorsales respectivos. Y, aquí debajo, después de recoger sus medallas con su orgulloso papá, todos con dorsal.

A su papá no le dieron ninguna medalla. Tampoco es que hiciera muchos méritos por conseguirla, la verdad. Este es el segundo 10.000 que corría -no hay muchos por esta zona-. Antes había hecho la San Silvestre de Crevillente, donde me fui más allá de los 53 minutos en un recorrido bastante durillo, con cuestas y calles estrechas con giros casi de 180º. Así que tenía cierta ilusión por bajar esta marca.

Lo conseguí, pero no pude bajar de 50 minutos, que era lo que realmente pretendía. De hecho, esperaba estar sobre los 47-48 minutos, pero me fui a los 51:08. Estoy preparando la media de Elda para bajar de 1:45, así que hago un par de días de series y de ritmos controlados a 4:45. Y como, por lo general, los paso bien -a menos de 5 el diez mil siempre-, pensaba que podría, apretando, estar sobre esos tiempos. Pero la verdad es que me quedé muy lejos.
Salí demasiado rápido, pasé los 3.000 a 4:28 el kilómetro, sin darme cuenta de que iba muy deprisa -para mi nivel-. Así que cuando pasado el km 3 me encontré con una cuesta de 300 metros, apreté para mantener el ritmo y me desfondé. El recorrido era de continuas subidas y bajadas, y lo pasé muy mal casi hasta el último kilómetro. Hacía además mucho calor, y en muchas partes del recorrido no había una sombra. El caso es que fui aflojando casi hasta el último kilómetro, donde me había recuperado y apreté un poquito. Pero no pude hacer menos tiempo.

Lo más bonito, la llegada, donde mi hijo salió de la vallas para entrar conmigo a la meta de la mano. Eso fue lo mejor de la mañana.

La organización muy bien, muchos voluntarios, abundancia de fruta y agua en la llegada, muy bien señalizada la carrera. Y la presencia del propio Abel Antón, vecino de la urbanización, con el que corrimos los poco más de 300 participantes. Una bonita mañana.

viernes, 17 de octubre de 2008

Meme

Veo este cuestionario en el blog de Reuven y, simbólicamente, me lo pasa, así que no tengo más remedio que contestarlo. Asegura que me hará más feliz. Ya veremos.
1. Cuatro trabajos que he tenido (por trabajo entiendo retribuido, aunque lo que cobraba en algunos no merezca ese nombre)
Abogado
Profesor de Derecho en la Universidad
Periodista
Profesor particular de inglés en verano (me autoacepto dos profesorados distintos)
2. Cuatro trabajos que me gustaría haber tenido
Futbolista (efectivamente, Reuven, como casi todos)
Escritor
Guionista de cine (una variante del escritor, pero también me la acepto)
Crítico cinematográfico (otra variante de escritor)
3. Cuatro películas que puedo ver una y otra vez
Aterriza como puedas
Historias de Filadelfia
Qué bello es vivir
Los Intocables de Elliot Ness
4. Cuatro lugares donde he vivido
Elche
Murcia
Santa Pola (se acepta el veraneo)
El Pilar de la Horadada (también se acepta otro veraneo)
5. Cuatro programas o series de TV que me gustan en exceso
Friends
Dexter
Los Simpsons
House
6. Cuatro lugares donde he ido de vacaciones
Nueva York
Londres
París
Venecia
7. Cuatro lugares donde me gustaría ir
Tokyo
Los Angeles
Moscú
Pekín
8. Cuatro platos favoritos
Arroz con costra
Spaghetti bolognesa (pero no sólo con carne y tomate, con todo lo que pone mi madre a la salsa)
Chuletón de ternera
Caldero
9. Cuatro sitios que visito a diario
El colegio de mis hijos
La Glorieta
Mi despacho
El parking (qué poco excitante es todo)
10. Cuatro sitios donde me gustaría estar ahora
La mansión Play-Boy
Nueva York
Londres
Cualquier campo de golf, jugando.
Como hay que pasar el embolado, se lo paso a Syl, a Javi, a Kele, a Paco... y a cualquiera que tenga blog y le apetezca perder el tiempo con estas chorradas.

martes, 14 de octubre de 2008

John Adams

Estoy ahora entusiasmado con otra serie de televisión. Es John Adams, una miniserie de 7 capítulos, pero de larga duración, casi 100 minutos cada uno, que, sobre la base de hablar de este personaje, segundo presidente de los Estados Unidos, miembro impulsor de la Declaración de Independencia y de la propia Declaración de Derechos que redactó Jefferson.

Es una serie impresionante desde todos los aspectos. El guión es magnífico, las interpretaciones son soberbias, el vestuario es impresionante. Además, aún siendo una serie histórica, el ritmo es vivo y, al menos así me lo parece a mí, la hora y media de cada episodio se hace corta. Acabo siempre con ganas de ver más. No sé cuántos sería capaz de ver seguidos si tuviera la serie en DVD.

Trata sobre el nacimiento de los Estados Unidos, partiendo de las primeras rebeliones en Boston contra los ingleses. A continuación, en el segundo capítulo -el último que he visto-, se trata las sesiones del Congreso de los 13 estados americanos -entonces aún colonias inglesas- y de los sucesos que llevaron a la Declaración de Independencia.

Tengo debilidad por determinadas partes de la Historia. Y esta es una de mis favoritas. La cristalización de los ideales de progreso y democracia que llevaba implícita la independencia de los EEUU es algo que me apasiona. Todo el momento histórico en que sucedió, con la Ilustración y la Revolución Francesa en Europa, es algo que me conmueve. De ahí que celebre que alguien me cuente la historia, y que lo haga de una manera entretenida e, incluso, apasionante a veces.

Oír el razonamiento que da lugar a la independencia resulta estremecedor. El razonamiento, perfectamente expuesto en la serie, de reconocer que el derecho de las personas, y de los pueblos, no puede depender del capricho de una persona -el monarca-, que no es más que un igual a cualquiera de ellos, la conquista histórica de esos derechos aún con el sacrificio de la propia vida, es una de las fases de la historia que más me reconcilian con el ser humano.

Así que me alegro enormemente de que se hagan series como esta. Y que triunfen -arrasó en la última ceremonia de los Emmy- y ganen dinero. Sólo me queda la lástima de entender que, aún teniendo una historia española propia que daría material más que suficiente -tenemos 2000 años más de historia que los norteamericanos, al fin y al cabo-, no exista aquí no ya la capacidad técnica o artística de producir obras de arte así, sino incluso la voluntad de hacerlo. Es mucho más fácil que cada cual cuente su propia versión local de la historia, patrocinado por políticos locales más interesados en destacar la bondad de la ñora local, que por reconocer lo que nos hizo no sólo grandes, sino incluso el país que somos.

lunes, 6 de octubre de 2008

Viajes con el Elche: Murcia

Aprovechando que ayer estuve viendo al Elche el Murcia -otra vez derrota-, aprovecharé para contar lo que recuerdo de los viajes a Murcia siguiendo al Elche, tanto frente al Murcia como al Ciudad de Murcia. Como está cerca, y tengo mucha familia allí, he ido un montón de veces, probablemente sea el desplazamiento que más veces he hecho. Diez o doce, supongo. Pero recuerdo pocos partidos concretos. Tengo presentes más situaciones que partidos, y probablemente las mezclaré. Prefiero contar recuerdos sueltos.

De lo que más me acuerdo es de que, antes, cuando el Elche jugaba en Murcia, lo más normal era comprar pasteles de carne tras el partido. Había una confitería justo al lado de La Condomina, donde, al acabar el partido, se hacían unas colas tremendas de gente de Elche comprando. Es, seguramente, el recuerdo más antiguo que tengo.

También me acuerdo de un partido en el que yo, como habitualmente entraba al campo con mi padre, me sentaba solo debajo de las cabinas. Y, aún siendo pequeño, era muy elocuente, y solía hablar yo solo y chillar. Insultando al árbitro, a los de casa o a los de fuera, indistintamente. Así que una vez en la que estuve especialmente chillón, recuerdo que dos hombres mayores que había delante de mí empezaron a tirarme puyas cuando el Murcia marcó. Sin dirigirse a mí directamente, pero hablando de mí. A la tercera o cuarta les toqué la espalda y les dije: "Vaya, qué machotes sois, metiéndoos con un niño de doce años, si tuviera diez años más ya veríamos si erais tan valientes". Lo recuerdo perfectamente, estaba yo cabreadísimo y a mil pulsaciones. No sé si rieron o no, pero ya no se metieron más conmigo.

Otra vez estuve dando vueltas por los alrededores de La Condomina antes del partido, pero tenía un presentimiento: si yo iba a verlo, perderíamos; si no, ganábamos. Así que le dije a Isa que mejor nos íbamos al cine. Cuando salimos fui corriendo a la radio del coche y habíamos ganado 0-1, gol de Paco García. Me invadió una sensación agridulce, mezcla de: "qué lástima, no haber ido", y de "hice bien no yendo".

En conjunto, recuerdo más derrotas que victorias, pero siempre perdimos. Uno de los partidos de los que más conciencia tengo fue hace ocho temporadas: penúltimo partido de liga, el Elche jugándose el descenso con el Compostela. Si perdíamos, podíamos estar en Segunda B. Pero, a pesar de ser un partido horrible, ganamos 0-1, gol de Changui a pase de Serban. Al siguiente partido empatamos a 2, con el gol de Benja que nos dio la permanencia.

El último, como he dicho, fue ayer. Y fue especial por varios motivos. Es la primera vez que iba a la Nueva Condomina, y también era el primer desplazamiento que seguía al Elche desde hace ya varios años. Pero, sobre todo, porque no fui solo. A mi hijo le ha dado este año por el fútbol, y viene conmigo al Martínez Valero. Pero, cuando se enteró que jugaban el Elche y el Murcia, se empeñó en que fuéramos a verlo. Y allí estuvimos. Fue su primer desplazamiento siguiendo al Elche, y sólo tiene cinco años. Y, si alguna vez le da por escribir algo para esto, él sí que tendrá la seguridad de cuál fue el primer partido que vio al Elche en campo contrario, en incluso una foto para atestiguarlo.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Los acusicas: Nirvana Torroja

Magnífica versión imposible -cortesía de Chevalier-: Los Acusicas, el grupo de Joaquín, el bajista de Los Nikis, mezclan el Smells like a teen spirit, de Nirvana, con... No es serio este cementerio, de Mecano. El resultado es, a mi juicio, espectacular. Una de las versiones/mix/adaptación más impresionantes que he oído.