lunes, 20 de octubre de 2008

Hay cantera


Ayer por la mañana se celebró la III Carrera Popular Abel Antón, organizada por la Asociación de Vecinos de Gran Alacant, en Santa Pola. Era una jornada deportiva que incluía desde carreras para los más pequeños -200 metros para niños de 0 a 4 años y 300 metros para niños de 5 a 7, y así sucesivamente- hasta un 10.000 metros para los menos pequeños.
Lo más destacable fue el debut de dos de mis tres retoños, Santi y Helena, que corrieron en sus respectivas categorías. Ahí a la izquierda están ambos, con sus dorsales respectivos. Y, aquí debajo, después de recoger sus medallas con su orgulloso papá, todos con dorsal.

A su papá no le dieron ninguna medalla. Tampoco es que hiciera muchos méritos por conseguirla, la verdad. Este es el segundo 10.000 que corría -no hay muchos por esta zona-. Antes había hecho la San Silvestre de Crevillente, donde me fui más allá de los 53 minutos en un recorrido bastante durillo, con cuestas y calles estrechas con giros casi de 180º. Así que tenía cierta ilusión por bajar esta marca.

Lo conseguí, pero no pude bajar de 50 minutos, que era lo que realmente pretendía. De hecho, esperaba estar sobre los 47-48 minutos, pero me fui a los 51:08. Estoy preparando la media de Elda para bajar de 1:45, así que hago un par de días de series y de ritmos controlados a 4:45. Y como, por lo general, los paso bien -a menos de 5 el diez mil siempre-, pensaba que podría, apretando, estar sobre esos tiempos. Pero la verdad es que me quedé muy lejos.
Salí demasiado rápido, pasé los 3.000 a 4:28 el kilómetro, sin darme cuenta de que iba muy deprisa -para mi nivel-. Así que cuando pasado el km 3 me encontré con una cuesta de 300 metros, apreté para mantener el ritmo y me desfondé. El recorrido era de continuas subidas y bajadas, y lo pasé muy mal casi hasta el último kilómetro. Hacía además mucho calor, y en muchas partes del recorrido no había una sombra. El caso es que fui aflojando casi hasta el último kilómetro, donde me había recuperado y apreté un poquito. Pero no pude hacer menos tiempo.

Lo más bonito, la llegada, donde mi hijo salió de la vallas para entrar conmigo a la meta de la mano. Eso fue lo mejor de la mañana.

La organización muy bien, muchos voluntarios, abundancia de fruta y agua en la llegada, muy bien señalizada la carrera. Y la presencia del propio Abel Antón, vecino de la urbanización, con el que corrimos los poco más de 300 participantes. Una bonita mañana.

5 comentarios:

  1. Bonita estampa familiar,hay que acostumbrar a los nanos desde pequeños al deporte.

    Buen tiempo,aunque no superases las expectativas que te marcaste,otro 10.000 será,la San Silvestre vuelve a estar a la vuelta de la esquina.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Sí, los niños sólo quieren hacer lo que ven a los padres. Así que, desde que corro, sólo quieren ir a correr conmigo.

    Y lo bueno es que también se vienen al fútbol los dos. Son abonados desde que nacieron y ya van cogiéndole las ganas.

    ResponderEliminar
  3. Lo del Elche ya puede ser más perjudicial para la salud,eso sí,ya se acostumbrarán :)

    ResponderEliminar
  4. Felicidades a esos renacuajos debutantes por esas medallas y correr así de felices (cuando tengan tu edad, fijo que se cascan el 10.000 a 4'!!!).

    Felicidades a ti también, hombre, que aunque no fuese como esperabas, lo corriste requetebien.

    Besitos.

    ResponderEliminar
  5. Seguro que, a este paso, bajan de 40', que son dos tirillas, como su madre, y no dos "corredoresmasanchosquelargos", como su padre.

    ResponderEliminar